Pedro Pablo Marroquín

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Esposo, papá, abogado y periodista. ¡Si usted siempre ha querido un mejor país, este es su momento de actuar!

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Pedro Pablo Marroquín Pérez
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@ppmp82

La reelección de Consuelo Porras, tal y como había anunciado La Hora hace una semana, es una realidad que no sorprende a nadie porque para Alejandro Giammattei, Miguel Martínez y Cia. suponía mucho riesgo deshacerse de Porras (sabe mucho) y tener que llegar a negociar con un tercero (Jorge Luis Donado o Henry Elías Wilson) que aunque son parte del sistema podían terminar “fallando” o “saliendo muy caros”.

Giammattei se decantó por lo viejo conocido toda vez que en los mundos de la impunidad eso es clave. Necesitan poder operar los negocios en los que están metidos sin sobresalto alguno y así no tienen que terminar haciendo la cara de José Ángel López, quien tuvo que terminar aplaudiendo a quien le presentó un antejuicio porque las órdenes de los caudillos se celebran y no se cuestionan.

No reelegir a Consuelo y traicionarla como hicieron con Allan Rodríguez (otro al que fueron a sentar con el disgusto que tenía el Ministro de Agricultura) suponía demasiado riesgo pues ya vimos que doña Consuelo es rencorosa y sabe recordarle al Presidente todo lo que ella sabe.

Ya no guardan las apariencias porque no necesitan. Rony López y Dina Ochoa firmaron el amparo por el que metieron a puro chaleco a Porras a la lista de los 6 finalistas y ayer López le daba un efusivo beso mientras Ochoa la abrazaba y lo hacen con total tranquilidad porque saben que esto apenas comienza.

La reelección de Porras es un mero escollo, importante sí, pero no es el fin ulterior. Lo que buscan es poder amasar y gozar mucho dinero en paz y lograr que en las elecciones del 2023 ellos se aseguren seguir en el poder. Será quien Martínez decida pero dadas las condiciones ya no descartan que Giammattei quizá repita si se vuelve necesario.

La película ya la vimos en Nicaragua. Hay quienes dicen que pueden “trabajar con Giammattei” pero no con Martínez, pero ya es demasiado tarde porque ya empoderaron a un Presidente que marcha al ritmo que le dicta el ex Jefe del Centro de Gobierno.

Ahora con el MP asegurado y con el escollo que falta del Contralor General de Cuentas a la vista, los primeros filtros para incidir en las acciones están asegurados. El Tribunal Supremo Electoral (TSE) y la misma Corte de Constitucionalidad (CC) están en la jugada y aquí van a participar solo que les juren lealtad al Centro de Gobierno y no sean rivales de cuidado.

Solo una articulación de los políticos y una de los distintos sectores de la ciudadanía puede quizá dar luces a futuro. Es difícil pero no imposible y para ello la gente tiene que empezar a tomar decisiones. Como nadie quiere “quedar mal”, el domingo vimos al director de Agexport entrevistando a Giammattei y no sé si Carbadillo estaba más incómodo que José Ángel López. El punto es que esto no es de pelear, solo es de tomar las decisiones que nos permitan proponer y construir.

La trama de la película ya la conocemos y ahora empezaremos a ver una serie de acciones para asegurar que sus planes se realicen sin mayores contratiempos. Visto lo que ayer anunció Estados Unidos y viendo cómo han sido algunas cosas con Vladimir Putin, pudiéramos pensar que vienen más sanciones y otras acciones pero al final, sin articulación de los distintos sectores, las mismas terminan siendo estériles si no hay voluntad de los guatemaltecos de rajar ocote y enderezar el rumbo.

Insisto, esto no es de pelear, es de actuar, de proponer, de articular y de trabajar para que podamos poner un alto a esta realidad con el afán que empecemos a construir algo mejor.

La podredumbre del sistema es real y aquí aprendieron bien para asegurar que el mismo no solo nunca vuelva a estar en riesgo, sino que se fortalezca todos los días.

Ya vamos tarde si no queremos ser otra Nicaragua.

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