Pedro Pablo Marroquín Pérez
pmarroquin@lahora.gt
@ppmp82
La pandemia nos enseñó que lo que pasaba en Europa, luego se replicaba en Estados Unidos y terminaba afectando/sucediendo en Guatemala.
Cuando uno ve las reacciones de Estados Unidos y la Unión Europea ante lo que pasa en Europa con Rusia y las acciones que se tomaron en contra de personas que alentaron a Vladimir Putin en todas sus locuras y cuando se escucha el mensaje de Brian Nichols, quienes entienden deben saber que no fue un comentario sin clara intención de mandar un mensaje.
En buen chapín “no estaba hablando babosadas”, digamos, sino que fue una expresión luego de que todo este tiempo han venido viendo lo que ocurre en Guatemala y los actores clave.
Y traigo esto a colación porque históricamente muchos han navegado diciendo una cosa pero haciendo otra y el resultado es que el país sigue en una ruta complicada, vive horas difíciles y se pondrá peor antes de que pueda empezar a mejorar, pero los guatemaltecos debemos asumir responsabilidad por lo que hemos hecho y por lo que hemos dejado de hacer pues tanto lo uno como lo otro es lo que nos tiene en esta realidad.
Hay que entender que esa época en la que bastaba “aparentar” parece haber llegado a su fin y eso abre una enorme brecha de oportunidades para que todos aquellos que han entendido que las acciones de unos pocos le están abriendo la brecha a los tiranos, a los más mafiosos, a los miembros del crimen organizado, a los narcotraficantes y a los criminales de cuello blanco y ello nos debe obligar a maniobrar para enderezar el rumbo.
Hay miles de personas, incluidos muchos empresarios, que no están conformes con las realidades que vivimos pero a los que el miedo de una llamada del Presidente recordando a la mamá o la exigencia de aquellos que han sucumbido a las presiones de Alejandro Giammattei y las redes de poder del sistema, los mantenían en la banca sino es que en la grada quietos y callados.
Y como he dicho hasta el cansancio, Guatemala ahora no necesita que salga la gente solo a poner dedos y endilgar responsabilidades sino necesitamos propuestas, hojas de ruta y debatir sobre el futuro que deseamos, cómo pensamos lograrlo, con qué y con quiénes.
Es indispensable que tengamos la habilidad de debatir a fondo la realidad del Sistema de Justicia, de cómo hacen “chinche” el pisto de la gente con “obras” y contratos, de cómo se pactan todas las cosas en el Congreso, de por qué es que nadie quiere tocar el sistema electoral y la forma en la que las plazas en el Estado siguen siendo la moneda de cambio.
Hay quienes dicen que ya hubo una reunión entre el Gobierno y algunos miembros del Tribunal Supremo Electoral (TSE) para decirles quién sí y quién no podrá participar en las elecciones del 2023 y eso confirmaría que el régimen va a todo vapor para consolidar un sistema en el que la gente honrada no tiene cabida.
Nunca antes en la era “democrática” un Presidente y su Centro de Gobierno habían controlado tantas instituciones y los guatemaltecos debemos decidir si callaremos como siempre o tendremos la habilidad de salir un paso adelante para provocar, no solo que la gente entienda y abra los ojos, sino que los actores de más peso en esta sociedad asuman un rol importante para dar luz en medio de tanta oscuridad.
Se vienen los días del cara o cruz, días en los que no bastarán palabras, días en los que las acciones hablarán y marcarán para siempre. Solo el miedo a las sanciones no puede ser el motor porque eso no sería sostenible, pero sí debería ser el punto de partida para que algunos no solo marquen distancia sino para que se den pasos decididos en la construcción de un futuro mejor.