Pedro Pablo Marroquín

pmarroquin@lahora.gt

Esposo, papá, abogado y periodista. ¡Si usted siempre ha querido un mejor país, este es su momento de actuar!

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Pedro Pablo Marroquín Pérez
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@ppmp82

Ayer se anunció la salida de la Cámara de Comercio del CACIF. No es la primera vez que ocurre pero esta vez se da en un contexto un poco más complejo porque en el país predominan las posiciones extremas y hay quienes han planteado una especie de todo o nada.

Algunos han centrado el debate en la necesidad de controlarlo todo, entre ello instituciones clave, y si para eso deben tolerar los desmanes, los negocios y las roscas de Alejandro Giammattei y su Centro de Gobierno, pues eso harán y se asegurarán que ninguna ola pueda afectar eso.

Un grave error porque entonces se realiza que solo hablan de Nicaragua pero sin entender que eso fue justo lo que algunos del sector privado organizado de allá hicieron con el dictador Daniel Ortega. Pactaron pero Ortega y Murillo se aventajaron y miren cómo están ahora.

Algunos han comentado que en esta historia, hay alguien que fue a hablarle al Presidente. Esto ya ha pasado y si no que lo diga Allan Rodríguez, a quien agarraron hablando cosas del Centro de Gobierno del Presidente y alguien, nada lento ni perezoso, fue a contárselo a Giammattei y por eso es que cayó en plena desgracia pese a ser un perro faldero durante sus dos años como Presidente del Congreso.

La postura en torno al Presupuesto 2022 que será una fiesta de corrupción de enormes proporciones generó algunas diferencias en CACIF. Según comentó alguien con conocimiento de causa, se había acordado exigir la rendición de cuentas pero a alguien se le ocurrió irle a contar al Presidente para quedar bien y eso se sintió como una bajeza lambisconera muy común en la política y de quienes creen que con eso están cerca del poder.

Más allá de la salida perse, a Guatemala le faltan más voces empresariales que sean capaces de proponer, de articular salidas, de presentar propuestas que nos permitan ir enfrentando este monstruo de sistema, pedazo a pedazo y ojalá este paso al costado que dan los comerciantes, sirva para que se generen los espacios que se puedan convertir en algo de luz.

Hay tantas cosas que se pueden hacer que no requieren más que de acuerdos y voluntad para forzar a los políticos a no seguir dando la espalda a la población. Los grupos sociales han sido más proclives a buscar qué los divide en lugar de lo que les une y los grupos empresariales se habían caracterizado por cerrar filas sin importar nada y por eso la salida de la Cámara de Comercio debe verse como una oportunidad para abordar las cosas de manera distinta.

No se trata de pelear, se trata de proponer, se trata de trabajar, se trata de articular porque vamos en una franca ruta como la de Nicaragua y si no somos capaces de detener el espiral, puede que lleguemos al punto que ni elecciones hayan el año entrante.

Claro está que quienes quieren asegurar la vuelta al pasado se han asegurado etapas. Primero viene la batalla del Fiscal General, que es la madre de todo y luego otros temas. Pero si la elección de Fiscal asegura impunidad, nuestro recorrido para ser Nicaragua se puede acelerar de manera peligrosa.

Situaciones y oportunidades como éstas, en las que alguien siente que no puede congeniar con algo, deben servir para estructurar algo mejor y nos deben obligar a vernos para fortalecer lo que se ha hecho bien y trabajar en lo que se puede mejorar.

Sin duda no debe haber sido una decisión fácil, pero importante si no se quiere tener mordaza para abordar los temas que el país necesita y que requieren compromiso de todos lo que no se rinden para tener una Guatemala mejor.

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