Pedro Pablo Marroquín

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Esposo, papá, abogado y periodista. ¡Si usted siempre ha querido un mejor país, este es su momento de actuar!

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Pedro Pablo Marroquín Pérez
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@ppmp82

Desde hace algunos meses, todo lo trascendente que pasa en el Ministerio Público (MP), doña Consuelo Porras se encarga de decírselo en el oído al Presidente Alejandro Giammattei y así es como se han dado infinidad de cambios de fiscales en distintas fiscalías, incluido el despido de Juan Francisco Sandoval y Estuardo Campos, de la FECI y la Fiscalía Contra la Corrupción, respectivamente.

Pero en esta ocasión y tras su viaje a Washington, en el que se fue a vender como un adalid en contra de la corrupción y el crimen, el Presidente se fue de espaldas cuando agarraron por vínculos con el narco a una persona que le enseño el avión no tripulado del Ejército que iba a servir para “controlar al narco”.

Consuelo Porras, tiene un mérito y es que hasta la fecha no le ha cortado las manos a los fiscales honrados que en conjunto con policías decentes, trabajan de la mano con agencias internacionales combatiendo el narcotráfico y sus operadores; no se entera de todo lo que pasa y por eso no pudo alertar a su querido amigo, el Presidente de la República.

De haber sabido, quizá el caso nunca sale o al menos al mandatario le hubiera dado tiempo de pedir que le borraran las fotos que lo hacen ver tan mal. Digamos que el Presidente no sabía nada y entonces es muy malo que su equipo de seguridad le permita estar tan cerca de alguien que ahora es acusado de proteger y operar para narcotraficantes.

Y si sabían la cosa sería mucho peor pero el punto es que esto debe abrir los ojos del nivel de penetración que está teniendo el narcotráfico en la sociedad guatemalteca. Hoy son 3 los capturados, pero hace mucho sentido aquella publicación de elPeriódico que recogió la versión de un testigo que vio cómo algunos militares vestidos descargaban un avión con droga.

Los guatemaltecos honrados y que actúan en el marco de la ley, deben cerrar filas y parar el masivo debilitamiento de las instituciones porque además de aquellos que con afán de hacer pisto a cualquier costa se meten al mar de la corrupción, bandas del crimen organizado están ganando demasiados espacios es instituciones armadas y de justicia y eso es pésimo para la sociedad y para el clima de negocios de un país.

Gendri Reyes sabe que poco o nada ha hecho por agarrar a los 56 extraditables, pero necesitan lavar cara luego de lo que, asumo, debe haber sido una buena enjabonada en Washington cuando por un rato salieron de la burbuja de los republicanos que siguen pensando que la elección de noviembre fue robada por el presidente Joe Biden.

Presidente, nunca es tan tarde para enderezar pero ya sabemos que usted no puede enfilar en la ruta correcta para el país porque tiene demasiados amarres que lo ponen precisamente en la ruta que dijo no quería. No se olvida aquella manera tan pintoresca en la que usted dijo que no quería ser recordado.

Juan Orlando Hernández está en problemas porque ahora que deja la Presidencia debe ver cómo logra sortear lo que hizo tras el debilitamiento provocado de las instituciones y que lo llevaron a remar en la misma dirección que el crimen organizado, al punto que le valieron señalamientos de narcotráfico por parte de Estados Unidos.

El guatemalteco de bien deben poner las barbas en remojo y entender que mientras nos peleamos por pequeñeces, cosas peligrosas están pasando por debajo del río y que si no hacemos algo ya, cuando se quiera reaccionar será demasiado tarde.

Bien por los fiscales y policías honrados que dan la cara por los miles que hay aún en el MP y la PNC, a pesar de sus Jefes.

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