Pedro Pablo Marroquín Pérez
pmarroquin@lahora.com.gt
@ppmp82
El Presidente de la República, Alejandro Giammattei decidió emprender una complicada ruta para Guatemala, pero muy “beneficiosa” para él. El problema con esta situación es que el mandatario no estará pensando en el país sino única y exclusivamente en aquellas decisiones que le aseguren impunidad y tranquilidad para utilizar en paz los millones que se le han venido atravesando desde la campaña y hasta en alfombras.
En el 2015, luego que Otto Pérez puso el Estado al servicio de los negocios y de los deseos de una sola persona, se dio un colapso de los sistemas que han facilitado y facilitan la corrupción porque no hubo “ancho de banda” para soportar tanto trinquete, dar cabida a tanto mafioso que día a día se fue avorazando.
En la actualidad está pasando lo mismo. Poco es lo que genera obra sin sobra y el Presidente hizo su Centro de Gobierno alrededor de quien lo dirigía y así es como debemos entender la razón para cosechar su amistad con Consuelo Porras, la forma en la que el otro poder tras el trono, Leyla Lemus, fue enviada a la Corte de Constitucionalidad (CC) y la manera en la que intentarán amañar la elección de Fiscal General el año entrante.
Y como el mandatario sabe que anda en aguas peligrosas, ha optado por pelear y “reñagar” a todo aquel que sienta como amenaza. La gente está consciente de lo que ocurre y los riesgos, pero con la cabeza baja porque no vaya siendo que en un arrebato lo descabecen con todas las herramientas de represión que tienen (MP, Cortes, Contraloría, etc).
Consuelo Porras se sostiene porque tiene con qué chantajear. Si se siente amenazada por Giammattei activa las investigaciones en su contra para pedir un antejuicio y si no la reeligen, salvo que hagan un pacto que la haga salir satisfecha, también existe esa posibilidad de antejuiciarlo y ante esos riesgos, la vacuna de la impunidad es lo que buscan.
Por lo tanto, nos toca “tener coraje para tomar las decisiones correctas y evitar llegar a los momentos más feos”, palabras textuales de un amigo al que respeto y al que le cuesta ver cómo es que, ante todo lo que pasa, la sociedad no es capaz de articularse para dar vuelta a la realidad.
Nos corresponde redoblar los esfuerzos y limitar los prejuicios. Es el momento de hacer más y hablar menos, de escuchar lo necesario para expresarnos mejor y de tender puentes en lugar de destruirlos.
Giammattei y Porras son aves de paso (salvo que la CC diga que la no reelección viola derechos humanos). El sistema está diseñado para ser fortalecido y las acciones en ese sentido toman más fuerza y por eso que es que necesitamos tocar fibras al mismo sistema.
Necesitamos lograr elegir diputados por nombres y no listados, reformar los sistemas de justicia, compras y servicio civil, además de centrar las baterías en recuperar el MP para que Porras no solo no siempre más impunidad y eche a los buenos fiscales, sino para que el nuevo Fiscal no llegue más entregado y comprometido a la causa de la impunidad.
Tengamos el valor de hablar las cosas, de pasar el rato colorado con el afán de alcanzar acuerdos, de dialogar con propósito, con sentido y con toda la intencionalidad de cambiar esto.
Los extremos radicales y el narcotráfico vienen viento en popa y si seguimos protegiendo impunidad, nos pasarán encima y no solo no nos daremos cuenta, sino que cuando deseemos reaccionar será muy tarde y de nada servirá lamentarnos.