Pedro Pablo Marroquín

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Esposo, papá, abogado y periodista. ¡Si usted siempre ha querido un mejor país, este es su momento de actuar!

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Pedro Pablo Marroquín Pérez
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@ppmp82

El día de ayer, Consuelo Porras y su secretario Ángel Pineda fueron incluidos en la “Lista Engel” por sus actos entorpeciendo la justicia y por tanto, pierden las visas de manera automática. Y que la Fiscal General pierda la visa del país que es el principal aliado de Guatemala, es un bochorno digno de Venezuela o Nicaragua.

Entre Porras y Giammattei se defienden diciendo que quienes les pusieron el dedo tienen “procesos pendientes en Guatemala” y se refieren al caso que tienen en reserva contra Juan Francisco Sandoval, mismo que lo tienen en secreto porque si se publican los motivos, sin duda que se confirman los deseos de Porras de seguir entorpeciendo la justicia y de manosearla para ir contra quienes considera sus enemigos.

Pero aquí el tema es, y lo digo con pleno conocimiento de causa, que no solo es Sandoval quien ha sufrido las consecuencias. A ver, hagamos un recuento. ¿Qué pasó con Estuardo Campo, con Eduardo Pantaleón, ambos de la Fiscalía Contra la Corrupción? En el caso de Carlos Vides de la FECI fueron menos burdos y los “ascendieron” para que no dijeran, pero eso dio espacio a una Cinthya Monterroso y al ahijado de la Fiscal, que ahora tienen casos que ya duermen el sueño de los justos en la FECI.

Por presiones como estas es que se entiende que Giammattei, como lo ha hecho Ortega, se lance a los brazos de los rusos porque a Rusia no le importa en qué negocios esté metido Giammattei, que trances de dinero se tenían con alguien como José Luis Benito o lo que fueron sus relaciones con Gustavo Alejos, la llave para la primera Junta Directiva de Allan Rodríguez y para que en Guatemala no haya elección de nuevos magistrados en el poder judicial.

Viendo la respuesta de Giammattei de ayer, sin duda alguna que en un arrebato es capaz de romper las relaciones con Estados Unidos porque las penas y los elotes que se han comido con quien fue el Jefe de Centro de Gobierno son tantos que han perdido el juicio. No les importa quedar en plena evidencia de compadrazgo y de la obstaculización de la justicia que se traen.

Y si se da la locura de Giammattei y pone en jaque las relaciones con Estados Unidos, el efecto económico para miles de guatemaltecos de todos los niveles, incluidos quienes ejercen el empresariado, será nefasto porque los estadounidenses son el principal mercado para exportación no solo de bienes, productos y servicios, si no de personas que expulsamos por las malas condiciones y quienes con su trabajo y sus remesas, tienen respirando artificialmente la economía.

Se entiende que muchos puedan sentir presiones, penas y hasta que sus procesos se reactivan si se alza la voz para enderezar el barco, pero la verdad es que lo que se pueda sentir ahora y que sea el motivo del silencio que Giammattei y Porras usan como un claro apoyo, será “babucha” con lo que podemos llegar a experimentar si el Presidente y la Fiscal General siguen manejando el país como si fuera su propia empresa o su propio bufete.

Lo que está pasando en la actualidad, más que efectos políticos, tiene enormes efectos económicos y Porras y Giammattei son dos personajes dispuestos a todo porque saben que han hecho actos que no les son inventados y que los podrían poner pie con jeta en la cárcel si no controlaran el sistema.

Ellos van a ir con todo y por el todo y los ciudadanos, especialmente todos aquellos con plena capacidad de incidir, debemos decidir qué haremos. Los nicaragüenses toleraron, por una “falsa estabilidad económica”, los desmanes de Daniel Ortega y miren dónde están ahora.

Se vienen momentos definitivos y lo que hagamos o dejemos de hacer, quedará para siempre grabado en la memoria del mundo y del principal mercado comercial que tiene Guatemala.

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