Pedro Pablo Marroquín Pérez
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@ppmp82
Consuelo Porras despejó todas las dudas y mostró los colores que siempre quiso ocultar. Metía a Dios en sus excusas, alegaba que era una mujer de Derecho y usaba mil y una palabras para no decir nada, pero haber entregado el alma al crimen la terminó alcanzando y cuando le reclamaron los resultados, no le quedó otra que ahondar el divorcio entre fe y vida.
Los cambios que ha realizado los hace para asegurar que las investigaciones más incómodas para quienes ella juró lealtad, se queden en el archivo de la impunidad y, de pasó, ya mandó mensajes a los fiscales que quien se anime a navegar en las aguas de la legalidad, el que desee buscar el tesoro de la verdad, sufrirá enormes consecuencias.
El viernes fue Juan Francisco Sandoval como jefe de la Fiscalía Especial Contra la Impunidad (FECI), pero antes fue Carlos Vides, investigador de la FECI y antes de ellos, Estuardo Campo y Eduardo Pantaleón, ambos ex miembros de la Fiscalía Contra la Corrupción.
El común denominador: todos tenían investigaciones que resultaban muy, muy incómodas para el poder de turno, para el poder pasado y para el poder de siempre, pero tuvieron el Consuelo que Porras ha ofrendado su vida a esos grupos que no solo andan viendo cómo volvemos al pasado, sino cómo se aseguran que el sistema se regenere y se fortalezca, lejos de fracturarse y cambiar.
Porras ha jurado que como ha extraditado a 30 personas en lo que va del año, eso le da carta libre para mandar por un tubo a quien desee y principalmente, a Estados Unidos que es, guste o no, el principal socio de Guatemala en diversos temas (economía, seguridad, migración…). Sus amos están usando el camino que ella les allana para coquetear con los rusos y los chinos.
Giammattei recibió, según reportes, a tres rusos en su casa. Entiendo que ya saben quiénes son, cómo vinieron, dónde estuvieron y con quienes se vieron y esos vínculos han puesto en alerta al Gobierno que ordenó a Porras, irse a fondo.
Pero no solo son los rusos los que preocupan. Les aterra lo que ha dicho Gustavo Alejos y que José Luis Benito hable y se entregue. Del primero, hay que recordar que denunció amenazas del mismo Gobierno (ahora se entiende por qué) y del segundo, que estuvo a punto de quedarse en comunicaciones y que hay quienes saben cómo se “coronó la vuelta” del dinero que se recibió al final de la campaña.
Con esas penas, es natural que le hayan reclamado el alma a Consuelo Porras y le hayan dicho que si no la entregaba al crimen, se olvidara de la reelección (igual no la reelegirá) y que no metieran las manos por ella cuando le toque enfrentar las consecuencias de sus actos.
Pero todo lo anterior, lo que demuestra es que no hay tales que las investigaciones seguirán porque han removido fiscales por andar metiendo sus “narices” donde no las quieren y ni modo que van a ser tan brutos de poner gente que los haga despedirlos de nuevo.
Cinthia Monterroso no dará un paso sin que Porras y su círculo la Consuelen y la nueva jefa de la FECI, llegó condicionada y sabida de qué es lo que NO DEBE INVESTIGAR.
Hoy son unos los que, por los elotes que se comieron y los negocios que armaron, están pidiendo que las investigaciones queden en nada y se les está atendiendo la petición como si el derecho a la impunidad fuera el más importante en el país.
Pero esta puerta que se abre, mañana será más aprovechada por el crimen más duro, explotada por el narcotráfico, por la corrupción de la mordida lisa y llana y por los operadores de la impunidad. Las acciones de ahora serán aprovechadas por los radicalismos que explotarán las incapacidades de las élites para resolver los grandes problemas del país.
Esto no es de ideología, al fin y al cabo, se dice de derecha el Presidente que nos tiene sin vacunas, que le entregó todo a los rusos y el que pone todo un país al servicio de quien era el Jefe de Centro de Gobierno.