Pedro Pablo Marroquín Pérez
pmarroquin@lahora.com.gt
@ppmp82
A media semana muchas personas estuvieron pendientes de los resultados de la Selección Nacional de Fútbol y pasó lo de siempre: Guatemala no irá al próximo mundial y nunca vamos a asistir a una justa mundialista si no somos capaces de pensar en 12 o 16 años plazo.
Ha habido dinero suficiente para tomar medidas integrales que nos permitieran preparar mejor a nuestros jóvenes, pero como la principal meta son los negocios y las decisiones de corto plazo, no atinamos a invertir en los niños que podrían darnos la alegría en 3 o 4 ciclos mundialistas.
Siempre he creído que si se explora la posibilidad de tener 22 Proyectos Gol, uno por departamento que esté dotado de aulas, canchas, cocinas industriales, clínicas y gimnasios, podemos tener un chance.
Si logramos tener 100 jóvenes de diferentes ciclos (los que en cierto número de años irán a jugar como Sub 15, 17, 21, etc.) en cada uno de los Proyectos, alumnos que se internen en las instalaciones de lunes a viernes, que amanezcan, se ejerciten, coman, estudien, entrenen y se dediquen, estamos hablando de 2,200 jóvenes por ciclos que deben ser la semilla para cambiar la realidad del futbol.
Claro está que hay que sacar el costo por joven y los criterios de “selección y clasificación” para elegir a los mismos, pero estoy seguro que dinero habrá (más si dejan de robar tanto) y sin duda que se contaría con el apoyo de algunos miembros del sector privado. Si no tenemos la capacidad de ponerle cabeza al tema, nunca esperemos que el país cambie su realidad en el “deporte más hermoso del mundo”, diría Luis Omar Tapia.
Hacer los 22 Proyectos Gol generaría empleos, dinamizaría la economía del país, ofrecería mejor futuro a los jóvenes a los que acercaríamos más a la educación superior y siendo tantos jugadores (la idea es ir repitiendo el proceso con nuevos ingresos), las posibilidades que nuestra liga local tenga mejor nivel y el deporte sea una forma de transformas sana y honradamente, muchas comunidades.
Pretender seguir con lo mismo, sin siquiera revisar alternativas, es la mejor receta para asegurar el desastre. La afición y los jugadores no merecen tanto fracaso y por tanto es indispensable que podamos explorar modelos que no solo cambien la realidad, si no que podamos analizar la medida para otros deportes.
Pueden ser 22 Proyectos Gol o 22 Proyectos del Deporte en donde se siga el modelo para otras disciplinas, pues el tema de la educación, comida, gimnasio y otros sería lo mismo y cada quien se ejercitaría en su disciplina.
Dinero para atender lo necesario en el deporte hay, lo que pasa es que debemos utilizarlo de manera correcta, honrada e inteligente. Hay gente talentosa que, con el suficiente apoyo, puede alcanzar su máximo potencial.
Éxitos en el deporte le pueden devolver a la gente la esperanza y nos demostraría que si somos consistentes y perseverantes podemos lograr lo necesario para tener un país mejor.
Seguir resignados a que nos sigan robando, que nos sigan viendo la cara y que no usemos el deporte para empoderar a gente que busca emplear sus talentos de la mejor manera, es un crimen con el que no podemos convivir como si nada.