Oscar Clemente Marroquín

ocmarroq@lahora.gt

28 de diciembre de 1949. Licenciado en Ciencias Jurídicas y Sociales, Periodista y columnista de opinión con más de cincuenta años de ejercicio habiéndome iniciado en La Hora Dominical. Enemigo por herencia de toda forma de dictadura y ahora comprometido para luchar contra la dictadura de la corrupción que empobrece y lastima a los guatemaltecos más necesitados, con el deseo de heredar un país distinto a mis 15 nietos.

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Ayer Giammattei dijo en uno de sus tantos discursos irreflexivos que Taiwán “ha sido el mejor y único aliado con el que hemos contado en este gobierno” dando pie a que se pueda repetir la frase que uso para titular esta columna, tomando en cuenta la historia de ese país asiático en cuanto a sobornar a políticos centroamericanos, incluyendo desde luego a muchos guatemaltecos más allá de Alfonso Portillo y que el centro del gobierno actual de Guatemala está dedicado única y exclusivamente al saqueo de los fondos públicos.

Es cierto que para garantizar el raquítico reconocimiento de Guatemala a Taiwán como Estado se dispuso otorgar los fondos para financiar un cabildeo en Estados Unidos que tiene la finalidad exclusiva de permitir contactos con la oposición a la Casa Blanca de manera que se pueda crear una base sólida entre republicanos que aspiran a ganar las elecciones de medio período en noviembre, con lo cual pueden alcanzar mayoría en las cámaras, pero no decidirán en política exterior, al menos no durante el último año del régimen de Giammattei, mismo que pretenden prolongar con las marufias que hagan falta.

En otras palabras, además de los sobornos bajo la mesa que han sido tradicionales y que alcanzan no sólo a políticos sino también a muchos comunicadores sociales, ahora abiertamente dieron el pisto para que la banda de los corruptos pueda abrirse puertas en Estados Unidos, sobre todo con los grupos conservadores en los temas del aborto y la protección de la familia.

Giammattei sin duda sabe que el aborto es legal en Taiwán desde hace muchos años y que el gobierno actual ha logrado legislación para facilitar los matrimonios de personas del mismo sexo, temas que chocan frontalmente con la “pundonorosa” postura de su gobierno que, al menos del diente al labio, es declarado enemigo del aborto y, Dios guarde, de todo aquello que ponga en peligro la familia tradicional conformada por un hombre y una mujer; aunque a lo mejor termine yéndose a vivir a Taiwán.

Los corruptos tienden a unirse y a hacerse de la vista gorda de cualquier defecto que pudiera separarlos. Con tal de concretar sus ambiciones no importa nada y mucho menos la coherencia con sus declarados valores que no son más que elementos de propaganda para agarrar de papos a unos cuantos incautos y facilitar que puedan seguir con la piñata que han armado.

Giammattei tiene fama de ser mal agradecido y lo demuestra con su elogio a Taiwán que pasa por alto lo que otros países han hecho por nosotros, especialmente por su gobierno en el tema concreto de la vacunación. De no ser por las donaciones de Estados Unidos, sobre todo, y de otros países no se hubiera ni siquiera llegado al pírrico resultado de la vacunación. Fueron tantas las donaciones que hasta dejaron que se vencieran millones de vacunas que recibimos de regalado y que, evidentemente, no se han agradecido como corresponde.

Con todo y la fama de Taiwán en el tema de los sobornos, creo que en eso de dime con quién andas y te diré quién eres, sin duda que el que Giammattei los señale como su mejor aliado no les hace ningún favor y en el fondo los deja muy mal parados.

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