Oscar Clemente Marroquín

ocmarroq@lahora.gt

28 de diciembre de 1949. Licenciado en Ciencias Jurídicas y Sociales, Periodista y columnista de opinión con más de cincuenta años de ejercicio habiéndome iniciado en La Hora Dominical. Enemigo por herencia de toda forma de dictadura y ahora comprometido para luchar contra la dictadura de la corrupción que empobrece y lastima a los guatemaltecos más necesitados, con el deseo de heredar un país distinto a mis 15 nietos.

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Ayer la Corte Suprema de Justicia de Estados Unidos rechazó una petición de Donald Trump respecto a mantener bajo protección de Secreto Ejecutivo los documentos existentes en la Casa Blanca relacionados con su papel en el asalto al Capitolio, el 6 de enero del año pasado y llamó la atención que de los nueve magistrados únicamente Clarence Thomas de ellos votó a favor de la petición trumpista mientras los otros, incluyendo a los que él nombró, lo hicieron en sentido contrario.

Y vale la pena reparar en el detalle porque acá en Guatemala la Corte de Constitucionalidad es la que resuelve ese tipo de temas, pero tal y como se han manifestado, todos los magistrados están algo así como eternamente agradecidos con Giammattei por haber manoseado el proceso para la conformación de la CC y resuelven a su favor graciosamente, como hicieron ahora que una solicitud que parece haber sido redactada por la ex Secretaria General de la Presidencia fue conocida por el pleno y dictaminada en parte por esa misma persona que ahora ostenta el cargo de Magistrada de la Corte de Constitucionalidad.

De acuerdo al patrón guatemalteco, los jueces conservadores y especialmente los que fueron designados por Donald Trump, debieron fallar a su favor disponiendo mantener ocultos los documentos que puedan incriminarlo por haber instigado el asalto al Capitolio que cobró vidas y se evidenció como un ataque a la democracia porque era el repudio al proceso de elecciones que fue certificado por las dos Cámaras pese al reclamo trumpista de un fraude del que sigue hablando sin aportar ninguna prueba fehaciente.

Y es la importancia que tiene el Estado de Derecho, mismo que fue destruido en Guatemala a partir de lo que se evidenció como la existencia de Comisiones Paralelas en la postulación de magistrados que se escogen con el descarado propósito de que resuelvan en contra de lo que establecen las normas, para favorecer a los que están involucrados en el saqueo del Estado mediante diversas formas de corrupción.

Esta mañana una magistral columna de Eduardo Mayora en Prensa Libre aborda el tema del ejercicio de la libertad y su voz es de gran autoridad viniendo de alguien que fue importante figura en la Universidad Marroquín, cuna de libertarios. Y explica claramente que las libertades no pueden ser absolutas, pero que se necesita de un Sistema de Justicia independiente y honesto para que se puedan dirimir y resolver las diferencias que hay entre ciudadanos y autoridades en cuanto al ejercicio de cualquier tipo de derechos o libertades.

Y eso es lo que no tenemos en el país porque no contentos con comprar desde las campañas a los políticos vía el financiamiento electoral bajo la mesa, también se propusieron controlar el Sistema de Justicia para garantizar impunidad a todos los que están metidos en los manejos que se traducen en más riqueza para los que acomodan sus comportamientos a la corrupción y menores oportunidades para el resto de la gente, sobre todo para los menos favorecidos por la fortuna que jamás van a tener aquí acceso al bienestar que puede generar su trabajo y por ello emigran de manera forzosa.

Un Sistema Judicial como el nuestro puede ser cualquier cosa, menos Sistema de Justicia.

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