Una de las mayores satisfacciones que he tenido a lo largo de muchos años en La Hora es la oportunidad de participar en el proceso de formación de varias personas, especialmente periodistas, pero también de otras áreas de la empresa y sin duda que el caso de José Orozco, recientemente premiado por la Municipalidad de Guatemala por su trabajo como fotoperiodista, es uno de los más especiales.
Recuerdo muy bien cuando empezó a trabajar como piloto, siendo bastante joven, y la manera en que su forma de ser le permitió ganarse rápidamente el aprecio de todos, lo cual hizo que algunos se preocuparan por la forma inmadura en que conducía y por ello tuvimos largas conversaciones al respecto, logrando que en poco tiempo fuera el conductor favorito, al que todos pedían que les llevara a algún lado.
Tanto así que de ser el encargado de hacer tediosos mandados, pasó a ser el piloto asignado a la redacción y fue eso lo que le abrió los ojos para el que ahora es el oficio en el que destaca cada día. Teníamos entonces como fotógrafo a un experto que sigo considerando de lo mejor en el campo, Johan Ordóñez, quien desde hace algunos años trabaja con la prestigiosa Agencia Francesa de Noticias, AFP, y a José le encantaba cuando tenía que llevarlo a cubrir alguna noticia de última hora, especialmente si se trataba de algún suceso o accidente espectacular.
Fue en esos trayectos en los que empezó a preguntar sobre la fotografía, el funcionamiento de las cámaras, el revelado que aún se utilizaba en esa época, y empezó a recibir valiosos consejos que puso en práctica por su cuenta, experimentando en sus tiempos libres y mostrando sus avances al maestro que le había acogido con especial dedicación. A todo eso en la redacción estábamos ajenos a lo que estaba avanzando José Orozco y lo seguíamos viendo como el eficiente conductor que no sólo se esmeraba ya en el cuidado de los vehículos, sino que además llevaba con toda seguridad y precaución a los compañeros que necesitaban desplazarse en busca de una noticia.
Cuando a Johan le salió la oportunidad de trabajar con la agencia y nos comunicó su renuncia, él mismo recomendó que se colocara en su puesto a José y realmente fue cuestión de confianza en su palabra la decisión de pasarlo al área de fotografía porque no teníamos ningún portafolio que probara su capacidad en ese campo. Pero desde el primer día empezó a darnos gratísimas sorpresas y buen receptor de consejos, fue mejorando mucho en el enfoque periodístico de la fotografía y en las necesidades y cualidades que en ese tiempo implicaba el trasladar cada foto a la edición impresa.
Hoy en día José nos sigue sorprendiendo cada día con su trabajo, siempre dedicado y hasta más silencioso de la cuenta, por su natural habilidad para captar la escena precisa y, en los últimos tiempos, para desarrollar videos concisos, descriptivos y valiosos para las nuevas necesidades del concepto multimedia propio de la era digital.
El reconocimiento que le hizo la Municipalidad nos alegró mucho porque es más que merecido y resulta de su propio esfuerzo, iniciativa y tenacidad en un oficio que le apasiona y que, como él dijo, realiza con ética porque respeta a quienes son el objetivo de su excelente labor.