Oscar Clemente Marroquín

ocmarroq@lahora.gt

28 de diciembre de 1949. Licenciado en Ciencias Jurídicas y Sociales, Periodista y columnista de opinión con más de cincuenta años de ejercicio habiéndome iniciado en La Hora Dominical. Enemigo por herencia de toda forma de dictadura y ahora comprometido para luchar contra la dictadura de la corrupción que empobrece y lastima a los guatemaltecos más necesitados, con el deseo de heredar un país distinto a mis 15 nietos.

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La empresa farmacéutica Pfizer anunció este día que pondrá a disposición de un fondo especial no lucrativo de Naciones Unidas su medicamento Paxlovid, un antiviral que se ha demostrado como eficiente para el tratamiento del COVID-19, a fin de que pueda ser producido y vendido a bajo precio en países de menor poder económico y se habla de 95 naciones que tendrán acceso a la producción de un genérico sin que haya necesidad de pagar regalías o derechos por la patente que les pertenece. Ya Merck anunció algo similar el mes pasado con otro antiviral que, según informa hoy el New York Times, no es tan efectivo como el de Pfizer.

La idea es que mediante ese fondo especial de Naciones Unidas se negocie la fabricación del medicamento en países pobres y que pueda ser una medicina efectiva para el tratamiento de quienes se contagien, lo que es de suma importancia, sobre todo, en aquellas naciones que no han tenido eficientes programas de vacunación, como ocurre en Guatemala. No se ha dado a conocer la lista completa de los países que podrán hacer uso de esa ventaja que ofrecen las dos empresas farmacéuticas, pero la intención es que quien quiera que elabore los medicamentos los venda a bajo precio.

Eso seria algo espectacular en Guatemala, país en donde el costo de las medicinas es altísimo. Recién acaba de morir el doctor Román Carlos quien fue demandado porque escribió criticando a la industria farmacéutica y su comportamiento con los guatemaltecos que tienen que pagar, literalmente, un ojo de la cara para encontrar medicinas que les alivien sus enfermedades. Me imagino que en el acuerdo con Naciones Unidas se establecerán algunos mecanismos para evitar que quienes se hagan cargo de la elaboración del genérico del Paxlovid, si es que Guatemala logra estar en la lista gracias a que las autoridades de salud hagan su trabajo, vayan a terminar cobrando un ojo de la cara.

Y es que, por supuesto, uno de los principales compradores de la medicina tendría que ser el Estado para la atención de la gente que depende del sistema nacional de salud pública, pero ya sabemos cómo es que se realiza la compra de medicamentos en nuestro país, donde nadie pasa sin saludar al rey y los sobreprecios son producto de esos pactos funestos que hacen las autoridades con los proveedores para que queden todas las ollas untadas.

En este caso estamos hablando de algo de vida y muerte, literalmente, porque a falta de vacuna ese medicamento de Pfizer puede ser una verdadera tabla de salvación para evitar hospitalizaciones y muertes por el COVID-19. Según todos los estudios realizados por la FDA antes de autorizar la comercialización y venta del producto, es realmente efectivo para reducir los síntomas de aquellos que resultan contagiados y eso es una excelente noticia que nos viene del campo científico, sobre todo para aquellos países chambones que no han podido adquirir vacunas y tienen que esperar por donaciones.

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