Marco Tulio Trejo

mttrejopaiz@gmail.com

Soy periodista, comunicador social y un soñador creador de opinión pública, para hacer conciencia que permita mejorar los problemas sociales, económicos y políticos que nos aquejan y nos mantienen inmersos en una sociedad con pocas oportunidades de vida para las nuevas generaciones. Estoy convencido de la importancia que tiene la prensa, en el fortalecimiento de la democracia, para coadyuvar a la consolidación de un Estado de Derecho con una certeza jurídica y el lema de mi señor padre siempre fue: “la pluma no se vende, ni se alquila”.

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La corrupción es un mal que ha convertido a Guatemala en uno de los países donde más abundan los “politiqueros” descarados y sinvergüenzas, entre más desvergonzados sean más espacios tienen para ocupar cargos y han hecho del Estado, en cualquiera de los 13 ministerios que conforman el Ejecutivo, que sea una “cloaca”, donde navegan estos “piratas modernos”.

Ahora bien, definamos que es una “cloaca”: “conducto por donde van las aguas sucias o las inmundicias de las poblaciones”. Entendido el término, podemos concluir, porque las entidades internacionales, colocan a Guatemala en el puesto 150 de 180 países evaluados, para emitir un juicio de valor sobre la situación de la corrupción en el país.

¿Pero por qué sucede esta situación?… los expertos aseguran: “es la ineficiencia de los entes estatales para combatir la corrupción, pero como están corrompidos no pasa nada”. En otras palabras, es cuando la sociedad confía en sus partidos políticos y estos colocan personajes no idóneos para ocupar cargos que no  beneficien a la ciudadanía.

Sin embargo, estos sujetos, no podemos llamarlos de otra manera, en la mayoría de los casos traicionan la confianza de los ciudadanos y solamente llegan al poder a servirse y no para servir, situación que se da porque todo se mueve, por favores políticos, derivado de la inversión que hacen en tiempo de campaña electoral, pero que al ocupar el puesto, cobran las facturas para recuperar lo invertido.

Y exactamente esto es lo que no quieren cambiar en el seno del Congreso de la República, porque no les conviene para nada, ya que perderían la manera de obtener dinero para invertir en las campañas personales y del partido político que los impulsa. Los “Padres de la Patria” de tontos no tienen un solo pelo”.

Los “politiqueros” traicionan la confianza que les depositan los ciudadanos con el voto, son muy pocos los que si llegan a trabajar y piensan en el bien común, casi siempre se limitan a buscar sus intereses personales y es por eso que necesitamos políticos comprometidos y con valores morales, algo muy difícil de encontrar, pero no imposible.

Pero para ejemplificar esta situación, demos un vistazo hacia Mixco, donde el jefe edilicio está más preocupado, porque el equipo de fútbol sea campeón, que en llevar servicios esenciales a sus pobladores y velar para que exista desarrollo en su municipio, el cual enfrenta problemas de toda índole social. No sé quién le calentó la cabeza de que puede ser presidente de la República.

Estos estudios han empezado evaluar que respuesta tienen los países con puntuaciones más bajas, porque son los que presentan deficientes acciones para contrarrestar este flagelo. “Este índice comprende solamente a los países de América Latina y se les califica en base a una gran cantidad de datos cuantitativos y cualitativos sobre sus sistemas políticos, judiciales, sociales y mediáticos”, según revela un estudio de Vance Center.

Guatemala ha caído en la parte más baja de un listado de 17 países latinoamericanos y es catalogado, como una de las naciones, con altos índices de corrupción, incluso hace cuatro años para la fecha somos calificados, como el país más corrupto de Centroamérica. Estos datos son proporcionados por Vance Center, programa sin fines de lucro del Colegio de Abogados de Nueva York, Estados Unidos, que cuenta con profesionales del Derecho que velan para promover una profesión legal que conlleve a la aplicación de la justicia.

Y como decía al principio cada caso que se conoce de corrupción en Guatemala, es peor que el anterior, aquí vemos como en el Ministerio de Comunicaciones se otorgan 23 plazas, cuyos titulares, se dedican a prestar servicios sexuales por catálogo, cuando su función es mantener en buen estado la red vial.

O bien como la Junta Directiva del Instituto Guatemalteco de Seguridad Social (IGSS) se receta, tres tiempos de comida, pero no se preocupan en atender bien a los jubilados. Pero como no pasa nada, el presidente de la entidad José Flamenco Jau, se mantiene en el puesto sin pena ni gloria, cuando debería renunciar por honorabilidad.

También hemos conocido que se presupuesta un puente donde no pasa un río y que el Ministerio de Cultura pagó la construcción de más de una media centena de escuelas del Bicentenario y al buscarlas no han construido ninguna. Asimismo, hemos leído que el Mineduc solo ejecutó el dos por ciento de Q89 millones que tenía para el mejoramiento de escuelas.

Todos estos casos corroboran lo que dicen los expertos, que mientras no existan entidades de gobierno fortalecidas para contrarrestar la corrupción, seguiremos en el puesto 150 de un listado de 180 países latinoamericanos, por eso es necesario que el ente encargado de la fiscalización del uso de los recursos del Estado (Contraloría General de Cuentas), haga su trabajo y cumpla con la función que le delega la Constitución Política de la República.

Por esa razón, es que le hago un llamado al contralor Frank Helmuth Bode Fuentes, para que deje por un lado la política y que se ponga a trabajar para contarle las costillas a los “politiqueros”, quienes cada cuatro años se convierten en los nuevos ricos de nuestra amada Guatemala.

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