En reiteradas ocasiones he manifestado que, antes de criminalizar a los periodistas, deben de ser sometidos a un Tribunal de Imprenta, ya que eso es lo que estipula la Constitución Política de la República, donde está bien claro cuál es el procedimiento para juzgar a los periodistas y reza los derechos y obligaciones de los cazas noticias.
Quiero volver a mencionar que no critico a nadie, por la forma de hacer uso de su derecho constitucional de la Libre expresión del Pensamiento, solamente trato de hacer conciencia de que este derecho fundamental conlleva un derecho universal, pero también tiene responsabilidades, incluso penales si no lo hacemos como corresponde: respeto, educación y profesionalismo. En otras palabras, no podemos dañar la reputación de alguien sin pruebas.
Los periodistas, según la academia, deben cumplir la función de informar, educar y orientar, entonces no podemos permitirnos caer en exabruptos, como los que leemos o escuchamos de algunos comunicadores, quienes, para mi gusto, no saben ni por asomo el trabajo y la responsabilidad que tienen en sus manos, como formadores de opinión pública. Y lo peor que algunos hasta se autodenominan: influencers (persona con capacidad para influir sobre otras, ya sea de manera positiva o negativa).
Esto que voy a comentar va dirigido, al oído de varios personajes, quienes, para hacer un comentario, usan un puñado de obscenidades para dirigirse a la audiencia y sobre todo basan sus señalamientos en rumores, bajo el argumento de una “fuente de todo crédito”, lo cual se constituye en algo poco profesional y de muy bajo nivel ético.
Pero vayamos a los más importante de este tema y que me hizo volver a reflexionar sobre el papel que deben jugar los periodistas en una democracia, y es la resolución de la jueza Quinta de Primera Instancia Penal, Aurora Gutiérrez quien remitió, un caso de criminalización de 6 periodistas y dos columnistas al procedimiento de Tribunal de Imprenta, con lo cual ha enmendado la plana a los fiscales que han tratado de usar una ley ordinaria por encima de una constitucional.
La referida ley constitucional fue promulgada en 1966. Desde ese entonces, la libertad de prensa es considerada un derecho humano en Guatemala, que permite el uso de la libre emisión del pensamiento, porque los periodistas nos convertimos en fiscalizadores de la cosa pública y por supuesto algo que resulta incómodo para los que ostentan el poder, quienes nos quieren desaparecer de la faz de la tierra, para hacer de las suyas y lo de otros. Lamentablemente en Latinoamérica nos consideran como la sexta nación más corrupta del continente, lo cual hace necesario el trabajo periodístico.
Cualquier restricción gubernamental en este sentido viola la Libertad de Emisión del Pensamiento, lo cual constituye un retroceso a las naciones que se consideran vivir en democracia y por eso es importante que todos los guatemaltecos velemos por el fiel cumplimiento de este derecho universal. Pero, sobre todo, debemos tratar de fortalecer nuestra sociedad.
Muchos hablan de que la solución es la creación de un Colegio de Profesionales, pero otros dicen que eso se convertiría en una censura a lo que pensamos, pero lo cierto es que se hace necesario la promulgación de una ley que tome en cuenta la era digital, de redes sociales y de inteligencia artificial (IA), porque es el camino para donde va todo mundo y no podemos quedar rezagados a las nuevas formas de comunicación.
Lo que si tenemos que pensar, es regular la forma como se actúa en las redes sociales, evitar que gente perversa se escude en un perfil falso para desprestigiar y desinformar a las masas, las redes sociales se han convertido en una herramienta utilizada, por gente sin escrúpulos y sin ética, para atacar y amenazan a las personas que manifiestan, sus puntos de vista y pensamientos a determinado tema, lo cual no puede seguir sucediendo en la era digital.
Es importante que se pongan reglas claras, derechos y obligaciones, las personas que hagan mal uso de los canales digitales de comunicación, deben de afrontar el peso de la ley, debe ser gente seria, éticas y profesionales para evitar, el linchamiento mediático que se ha visto en los últimos años, en las redes sociales, lo cual no se debe permitir y por eso se hace necesaria la legislación para evitar que personas inescrupulosas sigan haciendo mal uso de las herramientas de comunicación.
