Marco Tulio Trejo

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Soy periodista, comunicador social y un soñador creador de opinión pública, para hacer conciencia que permita mejorar los problemas sociales, económicos y políticos que nos aquejan y nos mantienen inmersos en una sociedad con pocas oportunidades de vida para las nuevas generaciones. Estoy convencido de la importancia que tiene la prensa, en el fortalecimiento de la democracia, para coadyuvar a la consolidación de un Estado de Derecho con una certeza jurídica y el lema de mi señor padre siempre fue: “la pluma no se vende, ni se alquila”.

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A propósito de la venta de Inkia Energy a la transnacional Threelands Energy Ltda., distribuidora de energía en Guatemala, más conocida como Energuate, me hace reflexionar sobre un viaje que realicé recientemente a 19 departamentos de los 22 que se compone el territorio nacional.

Lo que me viene a la mente, es la situación que viví en el 95 por ciento de los departamentos que tuve la oportunidad de visitar y que tienen un distribuidor de energía en común, el cual presta un servicio que deja mucho que desear.

En los departamentos visitados tuve la oportunidad de experimentar la realidad que se vive en estos lugares y que afecta a millones de guatemaltecos que tienen un negocio o simplemente residen en las diferentes comunidades que componen nuestra golpeada Guatemala.

La energía eléctrica es estratégica para el desarrollo de toda economía. Es difícil imaginar que una sociedad realice sus actividades comerciales e industriales sin energía eléctrica o bien con deficiencias en el suministro y servicio de la misma. La industria eléctrica debe ser eficiente y es esencial para el funcionamiento de cualquier país, lo cual no sucede en la mayor parte del territorio guatemalteco.

Esta situación ha provocado malestar e indignación en varias poblaciones que ven cómo sus negocios e industria se encuentran seriamente afectados, por el mal servicio que presta Energuate (Deocsa y Deorsa), el cual se exacerba cada final de mes, cuando reciben la facturación con valores exagerados, que no van con la calidad y eficiencia del servicio que pagan.

Hay personas que denuncian que les hacen cobros de números de cuatro cifras y que en sus casas reciben, cuando bien les va, unas pocas horas de energía eléctrica, y si a esto le sumamos que los apagones constantes provocan la quema de aparatos y equipo de línea blanca, las pérdidas se vuelven insostenibles.

En los comercios, hoteles e industria se puede ver que los empresarios tienen que invertir en la compra de generadores de energía eléctrica, cuyo costo es alto en inversión, para evitar quedarse por horas sin el mencionado suministro y que los consumidores o usuarios de los servicios, busquen una mejor alternativa, para estar en un negocio que cuente con los servicios esenciales de su entera satisfacción.

En un boletín emitido, el pasado 11 de septiembre, por el socio gerente y director de inversiones de I Squared Capital, Gautam Bhandari, se menciona que “nos complace haber apoyado el crecimiento de Energuate, para convertirla en una empresa más eficiente”, resalta la comunicación institucional.

I Squared Capital es una firma de capital privado que se enfoca en inversiones de infraestructura global. La empresa invierte en proyectos de energía, servicios públicos, transporte y telecomunicaciones en América del Norte, Europa y economías selectas de alto crecimiento, como India y China. La sede empresa tiene una sede central en Miami, la empresa cuenta con más de 215 profesionales en sus oficinas de Hong Kong, Londres, Nueva Delhi, Singapur, Taipei y Sydney.

Otra de las situaciones que el Estado de Guatemala, por medio de la Procuraduría General de la Nación (PGN) sería que le exijan al nuevo inversionista el cumplimiento de las leyes y normas del sistema jurídico nacional.

Los guatemaltecos están cansados de “gritar a los cuatro vientos” que Energuate debe ser regulada, porque en este momento la Comisión Nacional de Energía de Guatemala (CNEE), más parece que es un ente complaciente con las generadoras de energía eléctrica y que sus directivos trabajan en contra de la población.

Otro de los problemas que afrontamos en tema de energía eléctrica es que no hay una institución que vele, porque Deorsa y Deocsa, presten un servicio medianamente de calidad y eficiente. La nueva legislatura tiene la oportunidad de crear una ley que permita que Energuate tenga derechos y obligaciones.

Aunque en el organigrama de la CNEE existe un Departamento de Denuncias y Atención al Usuario y otro Departamento de Fiscalización y Control de Calidad en Campo (FCC), no se ve por ningún lado que la situación del suministro de energía eléctrica mejore en el país, en cambio con el paso de los años la situación “va de mal en peor”.

Lo que hace la CNEE es remitir a los quejosos a la Dirección de Atención y Asistencia al Consumidor (DIACO), para que sea en esta institución estatal, la que sirva de mediadora y que se trate por medio de la conciliación resolver las quejas por el mal servicio de Energuate. Incluso la DIACO, que no cuenta con una norma legal efectiva, solamente provoca la reunión, donde la mayoría de veces no se resuelve ningún caso.

Los directivos del Colegio de Ingenieros de Guatemala (CIG), también han señalado que Energuate incumple el decreto 22-75, Ley de Creación del Timbre de Ingeniería, el cual no tributa y contraviene las leyes vigentes en país. Este tributo permite que los colegiados activos tengan mejores prestaciones en toda su carrera profesional y por ende al finalizar su ejercicio profesional, con el fin de tener un ente colegiado que coadyuve en el desarrollo del país.

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