Factor Méndez

fmendez21@gmail.com

Defensor Derechos Humanos. Catedrático. Periodista/Escritor. Estudió Derecho, Derechos Humanos y Trabajo Social en Guatemala, Honduras y Costa Rica. Catedrático San Carlos y Rafael Landívar. Fundador Centro de Investigación, Estudios y Promoción de Derechos Humanos CIEPRODH. Autor de ensayos y artículos sobre temas sociales, políticos, memoria histórica y Derechos Humanos.

post author

El Diccionario de la Lengua Española DLE define la distopía así: “Representación ficticia de una sociedad futura de características negativas causantes de la alienación humana”.
Esta definición alude a un mundo imaginario que no se considera ideal, sino que al contrario es indeseable. Es lo opuesto a la utopía.

Recientemente y en lo que va del mes de septiembre, como resultado del cambio climático varios países del mundo como Libia, Grecia, Turquía, Bulgaria, Marruecos y los Estados Unidos, han padecido fenómenos naturales que devastaron ciudades enteras, provocaron miles de muertes de personas, el desplazamiento de otras tantas que dejaron miles de damnificados y millonarias pérdidas económicas por la destrucción causada.

El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos OACNUDH, Volker Türk, denunció la falta de acción para frenar los efectos del cambio climático y afirmó que “el futuro distópico ya está aquí.” Criticó a los países ricos por no tomar las medidas necesarias para evitar los graves efectos del desastre generado por el cambio climático.

Türk afirmó lo anterior ante el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas, después que concluyó la 18ª Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno del G20 celebrada en Nueva Delhi, India el 9 y 10 de septiembre de 2023, donde no hubo ningún compromiso dirigido a eliminar el uso de combustibles fósiles.

Agregó: “El cambio climático está empujando a millones de personas a la hambruna. Está destruyendo esperanzas, oportunidades, hogares y vidas. En los últimos meses, las advertencias urgentes se han convertido una y otra vez en realidades letales en todo el mundo. Ya no necesitamos más advertencias. El futuro distópico ya está aquí. Necesitamos, ya mismo, medidas urgentes”.

Esta semana en Libia miles de personas murieron tras el paso de un ciclón que provocó inundaciones en Derna, una ciudad costera al este de esa Nación. El Centro Nacional de Meteorología de ese país informó que la tormenta en menos de 24 horas, lanzó sobre la ciudad más de 40 centímetros de lluvia que colapsaron dos represas y destruyeron varias comunidades.

Ahmed al-Mismari, portavoz del Ejército Nacional Libio indicó que en esa ciudad se reportan más de 2,000 muertos y entre 5,000 y 6,000 desaparecidos. La delegación de la Media Luna Roja en Libia, afirmó que las personas desaparecidas son más de 10,000 y que no menos de 20,000 han quedado sin hogar.

Las inundaciones las provocó la tormenta Daniel, un ciclón parecido a los huracanes que es poco frecuente en el Mediterráneo y que se conoce como “medicán”. Esta misma tempestad fue responsable de ocasionar inundaciones en Grecia, Turquía y Bulgaria.

En Estados Unidos de enero a agosto de 2023, los eventos naturales catastróficos relacionados con el clima rompieron récords. La Administración Nacional Oceánica y Atmosférica afirmó el 11 de septiembre que 23 desastres meteorológicos y climáticos causaron daños calculados en 1,000 millones de dólares, cifra que supera récords anteriores registrados en todo el 2020.

En Marruecos, se calcula que la cifra de muertes que dejó el devastador terremoto ocurrido el 8 de septiembre de 2023, supera los 3,000 y conforme pasan los días podría aumentar. Por otra parte, Naciones Unidas estima que por lo menos 300,000 personas fueron afectadas y que un tercio de ellas son menores de edad.

Así que ya estamos advertidos, o los países ricos e industrializados toman medidas adecuadas para detener el cambio climático, o se corre el riesgo de que la humanidad entera caiga en un mundo distópico que nadie desea.

Artículo anteriorDos puntos y… Energuate presta un servicio de mala calidad y deficiente
Artículo siguienteNo hay salud sin democracia y soberanía