Los candidatos presidenciables que compiten en la contienda 2023-2028 se olvidaron del discurso político y no tienen una propuesta electoral clara de frente a las votaciones que han sido programadas para el próximo 25 de junio de este año, por cierto, que quedan 37 días.
“El propósito específico de un discurso es la respuesta precisa que el orador o emisor desea obtener de los que lo escuchan. En otras palabras, este propósito se refiere exactamente a aquello que deseamos que la audiencia haga, crea, sienta, comprenda o disfrute”, lo cual se ha perdido casi en su totalidad y provoca que tampoco se tenga una propuesta electoral.
Las elecciones del 25 de junio (primera vuelta), eran una excelente oportunidad para que los 30 partidos políticos, que participan en esta oportunidad, ofrecieran sus propuestas para aliviar los problemas sociales, económicos y culturales que nos aquejan y enfocar las mismas en el modelo de país que necesitamos y que todos anhelamos. Pero esto quedó en el olvido, se perdió en algún lugar del camino.
Los contendientes en esta ocasión se han dedicado a atacar al que aparece en los primeros lugares de las encuestas, esto con el fin de desacreditar al oponente, solo quieren restar y no sumar, lo que hace que se olvide de dar a conocer su Plan de Trabajo. Ahora recuerdo lo que decía mi abuelo: “uno no debe hablar mal de nadie, debe hablar bien de uno mismo” y tenía mucha razón porque con esa actitud los “politiqueros” demuestran que no están en nada.
En esta coyuntura electoral que vivimos, podemos ver que los candidatos (presidenciables, alcaldes y diputados), han tomado la herramienta digital de las redes sociales como el canal para dirigirse al electorado, pero lo hacen de una manera burda y absurda, que se nota a leguas cuando un político lo hace de una manera profesional, estructurada y sobre todo con contenido, que permite captar el mensaje que desean hacernos llegar, pero esto lo hace una minoría.
He visto personajes ridículos, no puedo calificarlos de otra manera, que creen que, diciendo alguna tontera, haciendo alguna “micada” o bien criticando a los demás participantes van a ganar votos. Se equivocan rotundamente, lo que logran es que los ciudadanos los tengamos como candidatos mediocres y en muchos casos de ridículos, quienes no tienen madurez, la capacidad y la personalidad para hacer política de altura.
En los diferentes Foros Presidenciables que hemos visto, por los diferentes medios de comunicación social, podemos observar que los participantes, en algunos casos, llegan hablar de los demás, de una manera sistemática como que se tratara de ganar un “show”, cuando en realidad debería ser la plataforma para mostrar su Plan de Gobierno, el cual será una guía para lograr contrarrestar las deficiencias que afrontamos como sociedad y que permita encontrar la senda para buscar desarrollo y mejores oportunidades de vida para la mayoría de guatemaltecos.
Los candidatos se han enfrascado en atacar, desprestigiar y mencionar hechos sin fundamento, lo cual puede convertirse en determinado momento en una mentira, injuria o calumnia, porque no presentan pruebas contundentes de lo que llegan a decir y solamente demuestran bajeza política.
Si unimos todo esto al hecho de que los “chapines” estamos cansados de tanta “politiquería”, “demagogia” y “populismo”, el mayor ganador de estas elecciones es el votante indeciso, ese que no sabe a quién darle su voto, porque no encuentran una alternativa que nos permita decir este candidato o candidata es la solución de nuestros problemas de vida.
Lastimosamente, una vez más, los Partidos Políticos han perdido la oportunidad de hacer una campaña de altura, donde los guatemaltecos encuentren una propuesta electoral que nos haga ver en el horizonte un mejor futuro para las próximas generaciones, esos jóvenes que tienen en su mundo el “sueño americano”, que ya no es como lo pintan, pero que, si les permite encontrar una mejor oportunidad de vida, sopesando poner en riesgo la vida.