Marco Morales

Marco Morales, Director de Water Co. www.water-co.com Ph.D. en ingeniería hidráulica y medio ambiente, MSc. Gestión y Planificación del Agua (UPV, España), especialista en Water Quality Monitoring (JICA, Japón), Gestión económica de recursos naturales y ambiente (UAH, España), Ing. Agr (USAC, Guatemala) Correo: marcomorales@water-co.com | Whatssapp: +502 33258714

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Marco Morales
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Kiyomizu-dera es el templo del agua pura, del agua clara, del agua limpia, cuyo origen se remonta al año 778. Se ubica en Kioto, Japón. Tuve la dicha de estar allí el 10 de octubre de 2011, mientras estudiaba en Tokio una especialización en monitoreo y soluciones de calidad del agua (JICA, 2011).

¡Cuántas maravillas se pueden decir de este Patrimonio de la Humanidad (UNESCO)! Una de ellas es la pequeña cascada Otowa-no-taki, visitada por miles de visitantes que beben de su agua utilizando recipientes públicos (pequeños cazos, circulares, de metal, con un asidero largo), pues se cree que esto tiene un impacto positivo en la salud, longevidad y éxito en los estudios.

¿Bebería usted del agua de una cascada en su país?

Imagine usted ahora a dos grandes de Guatemala: Luis Carlos Martínez, entrenando en la piscina de la Universidad de Alabama (EE.UU.), ubicada a unos cientos de metros de Oliver Lake (lago artificial formado por el represamiento del río Black Warrior con las esclusas y presa William Bacon Oliver). Kevin Cordón, entrenando bádminton en el salón parroquial de la Unión Zacapa, ubicado a cientos de metros del río Grande de Zacapa (río no regulado del oriente de Guatemala, en una de las zonas de más semi aridez de Centro América).

Dos disciplinas y dos ciudades con situaciones del agua muy distintas: la de la primera potencia mundial, que maneja sus ríos; la de Guatemala, con un río natural, contaminado y sin regulación como resultado del abandono y el caos.

¿Sabe usted cuál es el nombre del río o lago (natural o artificial) más cercano al lugar donde usted hace deporte y/o vive?

Estos dos deportistas de élite fueron a Japón, a ganarse su lugar en la historia de los deportes de Guatemala. Por esa razón, volvamos allí.

Estudié y visité la gigantesca Planta de tratamiento de aguas residuales (PTAR) Kisshoin, la más antigua de las 5 PTAR de la ciudad de Kioto, con un promedio de tratamiento de 114,000 metros cúbicos de agua residual al día (costo de operación y mantenimiento aproximado de 26 mil USD/día; dato año 2011). Posee un sistema de lodos activados con oxígeno, tanques de reacción para eliminar nitrógeno y fósforo, y tratamiento con ozono.

Imagine esto: el agua negra de las alcantarillas entra a la planta y como resultado, a la salida de la PTAR, ¡se obtiene agua potable! Hay una cascada artificial para que el público la vea; toqué con mi mano esa agua y sí, me dijeron que podía beberse. En 2011, la municipalidad de Kioto planteaba reintroducir el agua tratada al sistema de agua potable de la ciudad (con todos los parámetros de calidad hídrica bajo control); el problema era filosófico, pues no todos aceptaban aún que a sus casas podía llegar agua potable producida al tratar aguas residuales.

¿No me diga que puso rostro de desagrado cuando leyó esto?

Abra los ojos, piense en la calidad del agua de los ríos de Guatemala: las estadísticas oficiales indican que solo 5% del agua residual se trata; para mejorar se requiere grandes inversiones en tecnologías del agua.

Es posible si creemos. Así como creyó Luis y Kevin que era posible ser de los mejores del mundo a pesar de Guatemala.

¡Manifiesto mi apoyo aquí al Renuncia Giammattei!

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