Luis Fernando Bermejo Quiñónez

@BermejoGt

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Por: Lic. Luis Fernando Bermejo Quiñónez
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Desde hace varias semanas el economista Miguel Gutiérrez ha publicado columnas de opinión en donde saca a colación que el Banco de Guatemala (Banguat) ha sufrido pérdidas en inversiones en bonos en el mercado internacional por Q11,500 millones. Banguat niega lo anterior. Sin embargo, independientemente del alcance de las pérdidas (o “revalorizaciones”) en las inversiones del Banguat, el economista Gutiérrez propone que se ponga mayor escrutinio sobre las políticas de inversión del Banguat para asegurar su correcta inversión, su estabilidad y rentabilidad.

Aparte de mayor escrutinio, yo quisiera proponer otro modelo, incluso complementario. Es conocido que muchos países han constituido “fondos soberanos de inversión” por el cual entidades mercantiles de propósito especial, invierten en activos financieros (mayormente) provenientes de las ganancias de la exportación de productos como petróleo, gas o de fondos de pensiones de los gobiernos, o sus reservas internacionales. Por ejemplo, Noruega tiene dos fondos de pensión, uno para invertir a nivel internacional los excedentes derivados de la venta de petróleo de Statoil (su empresa nacional petrolera), el Fondo de Pensiones Global, y otro, el Fondo de Pensiones Noruego, para que invierta en empresas en territorio noruego, particularmente en la Bolsa de Oslo. A la fecha el Fondo de Pensiones Global es uno de los inversionistas institucionales más grandes del mundo al tener activos por más de un billón de dólares de los Estados Unidos de América (US$1 trillón). Como Noruega otros países productores de petróleo tienen sus fondos soberanos como el Abu Dhabi Investment Authority, el Kuwaiti Investment Authority, el Fondo de Inversión Pública de Arabia Saudita y el Fondo de Riqueza Ruso de la Federación Rusa. No obstante, existen otros países que tienen fondos de inversión de las pensiones gubernamentales e incluso otros que tienen fondos soberanos no relacionados con petróleo o de minería (como Chile) y otros, como Filipinas, que están considerando crear uno para manejar sus fondos de pensiones.

Quizá el ejemplo más atinente para Guatemala porque no produce hidrocarburos es Temasek Holdings y la Corporación de Inversiones del Gobierno de Singapur (GIC). La GIC maneja las reservas internacionales del país y Temasek inició como una empresa que el Ministerio de Finanzas creó para administrar en los 70´s diversos activos relacionados con puertos, astilleros y otras empresas estatales vinculadas a infraestructuras. GIC maneja ahora mismo $453.20 millardos y Temasek otros $375.38 millardos y son de los inversionistas soberanos más grandes que existen. Temasek tiene rating AAA de Standard & Poor´s. Singapur hace 60 años era relativamente pobre, aunque tuviera importancia estratégica en el comercio global y supo aprovechar las oportunidades. Guatemala puede hacerlo ahora.

¿Cómo funcionaría este esquema? Propondría que Banguat cree una sociedad anónima de propósito especial (SPE1, el “fondo”) a la cual se le dé la facultad de crear a su vez otras sociedades de propósito especial (SPE2, 3, etc.) que a su vez diseñarían y sacarían a licitación, o bien invertirían en consorcio (u otorgarían garantías soberanas según el caso), en proyectos de carreteras de peaje, infraestructura aeroportuaria, portuaria, infraestructura sanitaria (Lago de Atitlán), hidroeléctricas o inyectaría capital a proyectos de inversión nacional (e.g. un corredor interoceánico, cuyo proyecto ya existe). Tendría el mandato de invertir un porcentaje en empresas guatemaltecas con inversiones en Guatemala y otro para inversiones en títulos valores en el extranjero. SPE1 controlaría todas las SPE´s inferiores y se permitiría que en cierto porcentaje a su vez se puedan emitir y comerciar en bolsa las acciones sobre las mismas o emitir deuda en mercados de capital. El gobierno corporativo de SPE1 estaría representado por miembros designados por el Ejecutivo, pero principalmente y en mayoría calificada por personas expertas en finanzas internacionales, con aspectos de acreditación rigurosos para asegurar la profesionalidad y evitar conflictos de interés. SPE1 y las demás SPE´s tendrían la facultad de expropiar activos que sean necesarios y deberá cumplir con estándares internacionales de licitación y transparencia de primer nivel. La auditoría sería independiente y cumulativamente a la que la Contraloría realice. Existiría un mandato de total transparencia de sus operaciones. Se dictarían normas para abordar aspectos de “seguridad nacional”. También pudiera incluso analizarse en la SPE1 (el “fondo”) otorgar un 20% a todo ciudadano como una dotación patrimonial estatal. Lo mismo pudiera impulsarse en las demás sociedades de propósito especiales para proyectos específicos.

¿Qué se lograría con esto? Múltiples beneficios. En primer lugar, ayudaría a darle un mayor rendimiento a un determinado “tramo” (tranche) de las reservas internacionales para tiempos turbulentos económicamente. En segundo lugar, se haría “socio” al pueblo del desarrollo del país evitando la conflictividad al volverlo partícipe del desarrollo y creando una clase media y un “mercado de capitales” ahora inexistente. En tercer lugar, crearía los mecanismos de mercado para hacer nuestro “Plan Marshall” en Guatemala impulsado por los mercados de capital haciendo del país un centro logístico mundial como lo hizo Singapur, más ahora que mucha industria migrará de China. En cuarto lugar, los recursos fiscales añadidos de la participación del Estado en SPE1 o en las empresas que esta invierta se invertirían en mayor gasto social, urgente en Guatemala.

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