Luis Fernando Bermejo Quiñónez

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Por: Lic. Luis Fernando Bermejo Quiñónez
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Es de conocimiento general que fue destituido el fiscal Juan Francisco Sandoval de la FECI por decisión de la Fiscal General Consuelo Porras. Sobre la legalidad o no de la destitución mucho se ha escrito y no pretendo analizarlo en este espacio, recomendando para ello la columna de mi colega Edgar Ortiz en este enlace, clic aquí. En su lugar, pretendo dar un breve resumen del origen de CICIG y de FECI, los aportes y legado de ambas y la importancia de la lucha contra la corrupción para apreciar lo que se ha puesto en riesgo por esa decisión sorpresiva.

En el período del 2000-2004, durante el gobierno del FRG para muchos se dio la institucionalización de lo que algunos llaman “redes político-económicas ilícitas” en el poder y la “horizontalización de la corrupción” por medio de cacicazgos locales. Así en esta época nacen o se fortalecen las dinastías locales como las de los Quej, los López y los Arévalo por nombrar unos pocos. Es la época del saqueo del IGSS con protagonismo de Gustavo Herrera, uno de los manipuladores de las Cortes del país, al igual a otra figura que surgió en dicha época, Roberto López Villatoro (ex esposo de Zury Ríos). Esa época se caracterizó por la penetración del narcotráfico durante la migración de las rutas del narco del Caribe a Centroamérica por las campañas exitosas de EE. UU. en los 90´s en aquella región.

Muchos se acordarán que en el 2000-2004 la relación entre el sector privado tradicional y el gobierno fue tensa, tanto que la campaña para que pudiera postularse el General Ríos Montt llevó al recordado “Jueves Negro”. En dicha época el sector privado tradicional se unió para derrotar al FRG en las urnas por medio de la coalición que llevó a Oscar Berger al poder. Una vez en el poder, apreciando que el aparato estatal estaba “enquistado” por estructuras ilícitas ligadas al gobierno saliente, se promovió por la administración de Berger la creación de CICIG como un medio para combatir el crimen organizado dentro del Estado que les impedía gobernar. Con el apoyo de ONU y EE. UU. se creó la Comisión (y FECI) y se le dieron dos funciones: 1) la desarticulación de cuerpos ilegales de seguridad y aparatos clandestinos (CIACS); y 2) Recomendar al Estado la adopción de políticas públicas para erradicar las CIACS “…incluyendo las reformas jurídicas e institucionales necesarias…”

En cuanto a las reformas jurídicas hay que destacar que CICIG promovió 34 reformas legales, algunas aprobadas y otras no. Pero entre las aprobadas se encuentran la Ley de Fortalecimiento de la Persecución Penal (Decreto 17-2009 y el 23-2009) y reformas a Ley Contra la Delincuencia Organizada que vitalizaron la citada Ley. De la misma forma, CICIG fue protagonista especial en la aprobación de la Ley de Extinción de Dominio y de la Ley contra la Corrupción (Decreto 31-2012). Además tuvo un rol crucial en la creación del andamiaje institucional del MP con su asesoría en la creación de la Unidad de Métodos Especiales de Investigación, de la Dirección de Análisis Criminal y la Dirección de Análisis Financiero, unidades sin las cuales no se tendrían las “capacidades” para investigar el crimen complejo. Por otra parte, los casos penales, desnudaron ante los ojos de la población que la corrupción existía en la construcción de obra gris, en los servicios de salud pública, las aduanas, la devolución de crédito fiscal, en obra en las municipalidades, que el Congreso pasaba leyes a la medida con pago de por medio, la utilización de dinero público para financiamiento electoral y, ahora, las fuerzas corruptas tras la elección de Altas Cortes.

En lo particular, es importante recalcar que si no fuera por la actuación de CICIG/FECI quizá Baldizón hubiere sido nuestro Presidente, o bien, todavía estuvieran “intactas” las estructuras de la vieja política como Líder o el PP o estructuras relacionadas con el narcotráfico como la que operaba la familia Mendoza. Lo más triste es que algunos miembros de los sectores que antes se enfrentaron en el período 2000-2004 hoy tienen un “entente” para consolidar su poder sobre las Cortes y procurarse impunidad y que ello motivó la destitución de Sandoval, no viendo unos que se convertirán (o ya son) prisioneros de sus antiguos enemigos. No queremos regresar a la época del 2000-2004. Los miembros de nuestras élites políticas y económicas pueden tener algunas reservas sobre ciertas actuaciones de FECI pero deben evitar ser como describe el Evangelio de San Mateo 23:24 que dice: “Guías ciegos, que filtran el mosquito y se tragan el camello!” El pueblo de Guatemala no debe rendirse en la lucha contra las estructuras de corrupción a pesar de los sucesos recientes. Han existido avances que no se deben perder.

 

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