Por: Lic. Luis Fernando Bermejo Quiñónez
@BermejoGt
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He sostenido en diversas columnas que nuestros principales problemas políticos radican en deficiencias en nuestra Ley Electoral y de Partidos Políticos (LEPP). Por ello, debemos ponerle especial atención a los proyectos de reforma en el Congreso presentados por Rudio Lecsán Mérida y Douglas Rivero (Partido Humanista), la iniciativa 5833, y la propuesta presentada por el Tribunal Supremo Electoral (TSE), la iniciativa 5886. Existen otras presentadas, pero únicamente me referiré a estas en la presente columna.
¿Qué estatuyen estas iniciativas de reforma? La iniciativa 5833 del Partido Humanista parece un ejercicio de “proyección” de lo que la “partidocracia electorera” quisiera que fuera la LEPP. Desde su exposición de motivos señala, en una velada referencia a la UNE, que su propósito es deshacer las reformas del 2016. Así la iniciativa 5833, en lo más relevante, propone: 1) le otorga el derecho al voto a los miembros de la policía, 2) en materia de financiamiento de partidos elimina los controles impuestos por la reforma del 2016, eliminando la obligación de llevar libros de contribuciones y eliminando la facultad del TSE de poder requerir de particulares información sobre contribuciones a partidos políticos y de apoyarse en la SAT, Superintendencia de Bancos, IVE y SIT para ello, 3) permite que los secretarios generales y los comités ejecutivos (nacionales, departamentales y municipales) puedan reelegirse en forma indefinida (coadyuvando a la consolidación de la “partidocracia” de caciques), 4) Hace “agua” el monto de las multas que puede imponer el TSE al reducirlas a montos ridículos y elimina la facultad del TSE de cancelar partidos políticos, y por si no fuera suficiente lo anterior 5) Elimina las comisiones de postulación para nombrar magistrados del TSE para que el Congreso los elija directamente. El proyecto debemos ponerle atención porque de ser aprobada tal cual constituiría un “tsunami de regresión” al régimen electoral.
En cambio la iniciativa 5886 del TSE es una propuesta, en comparación, mucho más técnicamente sustentada que contiene “ajustes” a la LEPP actual. Sin embargo, sí cabe destacar lo siguiente de la misma: 1) propone para diputaciones distritales el régimen de listados cerrados y desbloqueados (parcialmente) para que de los listados ofrecidos por los partidos el votante pueda asignar preferencia en ellos, sin respetar el orden de las “casillas” de la lista, 2) por otro lado, sustituye el actual sistema de distribución igualitaria de recursos públicos para espacios y tiempos en los medios de comunicación social, eliminando la tarifa electoral (20% del valor de mercado) y lo sustituye con la creación de una franja electoral de 20 minutos que podrán usar los partidos en forma igualitaria, liberando la posibilidad que los partidos puedan contratar pauta fuera de esta franja.
En lo particular, considero que debemos ponerle mucha atención a las reformas a la LEPP, en particular, para que no exista una “regresión” fuerte. Ahora bien, ¿qué debería discutirse y no se encuentra en las iniciativas? 1) Mucho se habla de la creación de “distritos pequeños” y elegir “personas” no “partidos” para acercar al ciudadano a sus representantes. El problema es que con la redacción actual del artículo 157 de la Constitución que estatuye que “Cada uno de los Departamentos de la República, constituye un distrito electoral…” la CC ha dicho que no es posible formar sub-distritos. Una opción para lograrlo es emprender una reforma profunda del régimen administrativo del Estado conforme al artículo 224 de la Constitución y crear más departamentos de menor tamaño para formar distritos más pequeños. Lo anterior, también pudiera obtenerse reformando el artículo 157 de la Constitución. Ambas monumentales tareas, pero tampoco imposibles. La población está cansada de votar por “listados de desconocidos”, 2) Para permitir el crecimiento orgánico de los partidos a través del tiempo, eliminar la necesidad de obtener el 5% de votos sobre el padrón electoral o una diputación para no ser cancelado como partido político, estableciendo en contrapartida un umbral para evitar la fragmentación del Congreso (5% mínimo) para entrar al cálculo de asignación de escaños bajo el método D´Hont; 3) Para “democratizar” los partidos eliminar la potestad de los comités ejecutivos nacionales de designar candidatos en los municipios sin organización territorial, esto para fomentar que los partidos “necesariamente” inviertan en expandir su estructura a más distritos, 4) En materia de “acceso igualitario de medios de comunicación” la solución al esquema errado de la tarifa electoral (20% valor de mercado) es mantener el sistema de registro de medios de comunicación pero que la “tarifa electoral” sean las “tarifas de mercado” del año anterior y que el TSE siga siendo el “único pagador” dándole la potestad a los partidos de que con su presupuesto “finito” decidan dónde, cuándo y cómo invertir el presupuesto. Indudablemente esto conllevará que el TSE tenga una asignación presupuestaria mayor para poder pagar la pauta publicitaria a mayor costo. El esquema propuesta por el TSE en la iniciativa 5886, destruiría de cimientos, el régimen igualitario que se persigue e inclinaría, de nuevo, la balanza electoral a los que tengan la “chequera más grande.” Vale la pena debatir sobre todo lo anterior y sobre todo lo no discutido en las iniciativas que sí fueron abordadas en la CAME en febrero 2020. ¡Exijámoslo! ¡Ojo con las reformas!