El pago por peaje que las carreteras existe en muchos países, pero la norma es que el proveedor del servicio y cobrador del pago facilite a los usuarios ese trámite sin necesidad de perder tiempo extraordinario en espera, por el lentísimo avance de los vehículos que le preceden. Esta mañana, tanto usuarios desde sus redes sociales como autoridades de tránsito, informaron que a temprana hora se habían formado ya colas de algunos kilómetros de autos esperando para pagar el peaje.
Obviamente, se trata de un día y una época especiales, puesto que son muchos quienes salen de la capital para disfrutar de las vacaciones de Semana Santa, pero nada justifica ese lentísimo procedimiento que, de todos modos, afecta día a día a los usuarios, sin que exista la posibilidad de hacer uso de la tecnología actual para realizar la operación. Con los métodos de pago existentes, en todos los países del mundo el peaje opera de manera distinta y sin afectar, en absoluto, a quienes deben transitar por rutas que lo tienen establecido. El concesionario y las autoridades, en cambio, hace gala de su patético deseo de innovar y es fácil vaticinar esa desidia se va a manifestar también en la nueva concesión que hizo el gobierno, a la misma empresa, para la ruta de Escuintla a Puerto Quetzal.
Y es que al gobierno le importa muy poco lo que puede beneficiar o dañar al ciudadano y por ello no se ocupa de cuestiones como exigir a un concesionario que sea eficiente para evitar esos prolongados atascos causantes de que mucha gente prefiera quedarse en casa en vez de tener que soportar tanta incapacidad e ineficiencia. Es cierto que hay hoy muchos vacacionistas, pero también pasa los domingos y con los vehículos que hoy circulan conduciendo a gente que se desplaza por otras razones y una cola de más de cinco kilómetros es simplemente insoportable y, sobre todo, injustificable.
No hay sostenibilidad si se sigue permitiendo que los concesionarios de una ruta sigan cobrando su peaje recibiendo billetes y devolviendo moneditas, lo que hace todavía más lento el procedimiento; si queremos mostrarnos como un país pujante no podemos seguir con ese tipo de actitudes que reflejan una realidad que debemos cambiar. Seguimos viviendo en un pasado que todo el mundo logró superar sabiendo hacer buen uso de la tecnología.
Y si a eso agregamos las condiciones de muchas de las carreteras del país, que la mayoría son una auténtica vergüenza, tenemos que entender lo que significa la perversión existente de la función pública, esa que únicamente sirve para satisfacer funcionarios y sus aliados.
Los guatemaltecos merecen mejor