De manera abierta, como ocurrió el 6 de enero de 2021, Donald Trump está llamando a sus seguidores para que actúen como en esa fecha, esta vez en contra del Fiscal Distrital de Nueva York que lleva una investigación sobre acciones del expresidente de los Estados Unidos. La reacción no ha sido igual en términos de la cantidad de gente que está dispuesta a usar la violencia, pero sí ha sido aceptada por suficientes como para poner en serio peligro no solo la vida del fiscal sino de otros trabajadores de la fiscalía y de elementos de la policía de la ciudad.
El tema de la obstrucción de la justicia está de moda en Guatemala porque a cualquiera que emita opinión sobre algún proceso que se ventila en los tribunales y formula alguna crítica, se le puede perseguir por ese delito, según el nuevo patrón impuesto por la Fiscalía Especial Contra la Impunidad del Ministerio Público. Pero si algo se puede considerar real obstrucción de la justicia son los llamados públicos que hace Trump por sus redes sociales para que la gente salga a la calle a manifestar su descontento, como lo hizo cuando, según él, le robaron las elecciones y que terminó con varios muertos en el Capitolio.
En ese momento Trump pidió a sus seguidores que fueran al Capitolio y aseguró que él estaría allí con ellos para exigir que se anulara la elección de noviembre, enviando a la turba contra senadores y congresistas y haciendo que las fuerzas de seguridad pagaran las consecuencias. Por supuesto, él no apareció en la acción y eso hace que ahora sea menos efectivo su llamado, además de que no hizo absolutamente nada para asistir legalmente a los que fueron capturados y condenados por la acción violenta de enero 6.
Hoy existe gran preocupación porque esos llamados a ejercer la violencia contra la fiscalía que lo investiga constituyen una grave amenaza para mucha gente y, sobre todo, para los fiscales que llevan a cabo la investigación, porque las huestes que siguen al exmandatario no se detienen ante nada y ya demostraron de lo que son capaces cuando atacaron el Capitolio. En esta ocasión las medidas de seguridad han sido redobladas para prevenir algo terrible, pero aun así no se puede garantizar, de ninguna manera, la vida y la seguridad de los que él señala como blanco de su odio.
La polarización insensata que campea por el mundo genera este tipo de inseguridades y peligros porque se ha perdido el ejercicio de la razón.