El Viceministro de Hospitales, Gerardo David Hernández, llegó al puesto hace menos de un año, luego de haber sido Director del Hospital General, donde sus colegas y personal del centro asistencial denunciaron a periodistas el desabastecimiento de medicinas provocado maliciosamente para realizar compras directas. Al enfrentar a la prensa y lanzar duros epítetos contra los periodistas que habían publicado las denuncias, se ganó la simpatía del gobierno que, lejos de investigar los hechos, decidió premiarlo con un ascenso para ponerlo al frente de todos los hospitales públicos del país, como muestra de agradecimiento por esa su disposición de señalar a los medios como mentirosos e interesados en hacer daño.
En otras palabras, no se revisó su hoja de vida ni sus antecedentes como operador en la compra de medicinas para el sector público, lo que hubiera significado su destitución en vez de su ascenso; en cambio, por haber hecho lo que le gusta al régimen, que es atacar a la prensa y desacreditarla, se le puso en un despacho que era literalmente el arca abierta. Y el famoso Hospital de Chimaltenango que donó Taiwán viene a ser como la otra “megaobra” de ese departamento, el libramiento de Jimmy Morales, es decir, una jugosa oportunidad para hacer trinquetes.
El caso es significativo porque se trata de algo extraordinario en el campo de la investigación penal de la corrupción en este gobierno y si se empiezan a investigar los casos de compras fraccionadas que se hacen en todas las instituciones públicas, sin duda que el Ministerio Público estará muy ocupado con esa tarea, porque es una práctica desafortunadamente común. No por gusto el oficialismo ofreció a los Alcaldes que legislaría para aumentar el monto de las compras directas, esas que producen el fraccionamiento y evaden hasta la mínima fiscalización que hace la Contraloría de Cuentas, puesto que sabía que así quedaba bien con todos los pícaros del sector oficial.
Es evidente que alguna mosca picó para ese cambio en la persecución penal, pero falta ver si el efecto es parejo y objetivo o simplemente van contra alguien que no compartió los peces y se quiso pasar de listo, dejando a sus superiores sin la tajada correspondiente y que se establece desde el principio. Pero queda clara la pobreza de criterio del gobierno al premiar con un importante ascenso a alguien que fue denunciado por sus colegas y el personal del Hospital San Juan de Dios, cabalmente por incurrir en abusos y arbitrariedades, denuncias que al ser repudiadas atacando a la prensa, le significaron más negocios.