Es corriente que cada país invite a observadores internacionales para que certifiquen la pureza de los eventos electorales y Guatemala lo ha hecho constantemente y además muchos guatemaltecos han ido a observar elecciones en otros países. Foto La Hora: José Orozco.

 

El gobierno de la República reaccionó airadamente a la invitación que formuló el G13, grupo de los 13 países que más ayudan a Guatemala, al Tribunal Supremo Electoral, rechazando lo que califica como una intromisión en asuntos internos y violación de las prácticas del derecho internacional. Ello no obstante que en pasados eventos el G13 y otras Embajadas han tenido acercamientos con el TSE previo a la celebración de elecciones, sin que en ninguno de esos encuentros se haya dado algún tipo de imposición y abuso.

Es corriente que cada país invite a observadores internacionales para que certifiquen la pureza de los eventos electorales y Guatemala lo ha hecho constantemente y además muchos guatemaltecos han ido a observar elecciones en otros países, pudiendo dar fe de lo que vieron, de la forma en que se desarrollaron los comicios. No creemos que algún embajador del Grupo de los 13 esté promoviendo una intervención extranjera para manosear de alguna manera el evento electoral y su interés por escuchar de los magistrados del TSE la forma en que están desarrollando el proceso es natural y absolutamente normal.

El mismo Giammattei fue electo en un proceso electoral en el que el Tribunal Supremo Electoral se reunió con los embajadores de aquella época y nadie objetó lo que ha sido práctica común. En ese momento, como candidato, no puso objeción a los encuentros que, evidentemente, no afectaron la independencia ni la transparencia del Tribunal Supremo Electoral y por ello llama la atención la diferente actitud de ahora, justamente cuando se habla de los vínculos que este TSE tiene con el oficialismo por la forma en que fueron electos los magistrados.

El que nada debe nada teme, reza el dicho, y por eso llama tanto la atención el tono de la protesta elevada por la Cancillería, obviamente con autorización de la Presidencia, por una simple invitación. Y también sorprende la manera que algunas personas reaccionaron hasta montando protestas contra la embajada de la Gran Bretaña, sitio en el que se iba a realizar el encuentro diplomático que no tenía ninguna pinta de que alguien fuera para presionar o intimidar a los miembros del TSE.

El deseo de conocer cómo se está manejando el proceso y la manera en que pueden cooperar, tal y como lo exponen en su invitación, es algo que encuadra perfectamente con la diplomacia, sobre todo cuando se trata de los países que han mostrado más interés y capacidad para dar ayuda a Guatemala.

Redacción La Hora

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