Globalmente se informa de una nueva escalada de casos de Covid, lo que se suma a la ola de contagios de influenza o gripe que están afectando a muchas personas alrededor del mundo y obliga a las autoridades de salud a proveerse adecuadamente de los antivirales específicos para atender ese tipo de dolencias. Para el Covid se han desarrollado fármacos que reducen la gravedad de la enfermedad y que son de fácil acceso en la mayoría de países desarrollados, pero la pregunta es si nosotros estamos preparados para nuevos contagios.
En el mundo, durante, los últimos 14 días, se observa un incremento de 22 por ciento de los casos, mientras en China causa preocupación el nivel de contagios y los efectos que ello puede tener en la economía debido a las políticas de contención tan drásticas que mantiene el gobierno. Afortunadamente, no hay un aumento significativo en el número de muertes por la enfermedad, lo cual se atribuye a la disponibilidad de suficientes medicamentos que mitigan las consecuencias del virus, pero se trata de medicinas nuevas, desarrolladas recientemente.
Ya sabemos cuál fue la historia de Guatemala con las vacunas, donde se manifestó la incapacidad absoluta de nuestras autoridades para adquirirlas y dependimos de la caridad pública porque otros países hicieron grandes donaciones, ya que aquí solo se compraron las famosas Sputnik V que nunca fueron aprobadas por la OMS, pero por las que, “curiosamente”, nuestro gobierno gustosamente pagó hasta en forma adelantada. Y por ello es válida la preocupación de inquirir si estamos preparados para posibles incrementos en los niveles de contagio, para atender a las personas de manera rápida y eficiente con esas medicinas que evitan, en muchísimos casos, la necesidad de hospitalización.
En esta época del año en que se vienen ondas de frío es corriente que haya más casos de influenza para los que también debemos estar preparados. Hay vacunas para prevenirlos, pero no existe ninguna acción del sector público para proveerlas y la mayoría de la gente no tiene acceso a ellas, como tampoco a medicamentos específicos que funcionen bien para los diferentes casos.
No se trata, en absoluto, de crear alarma, sino simplemente de prevenir y prepararnos para lo que pueda venir en los meses venideros y sería bueno que las autoridades ahora mostraran un poco más de eficiencia que cuando les tocó, y fallaron, comprar las vacunas para la población. Un poco de esfuerzo puede ser importante para no solo contener cualquier riesgo, sino para prevenir la pérdida de vidas humanas como consecuencia del descuido, desinterés o incapacidad de las autoridades.
