Javier Gramajo, alcalde de Villa Nueva. El funcionario tiene a su cargo el abordaje de la situación en ese municipio a causa de un socavamiento. Foto La Hora/Javier Gramajo/Facebook

Las autoridades de Villa Nueva afirmaron que tras el agujero que se abrió anteriormente hicieron estudios de suelo y del estado de los colectores en toda el área afectada que incluye el sitio donde el sábado se produjeron los otros hundimientos, esta vez con saldo trágico. Ello luego de que se les criticó seriamente por el descuido que evidencia el socavamiento de la tierra a tan escasa distancia de donde ocurrió el anterior, pero no han aportado ninguna prueba de tales estudios que, por supuesto, debieron quedar debidamente documentados no solo por escrito sino con mapas, videos y fotografías de las áreas revisadas.

Realizar un estudio de suelos tras una catástrofe como la que se había dado no es simplemente hacer un recorrido en busca de grietas sino que amerita, primero, analizar los planos que hay de los colectores y drenajes existentes en el sector en riesgo y luego documentar que se comprobó el buen estado de los mismos y, sobre todo, del entorno para impedir filtraciones que pudieran ser la causa del brutal socavamiento del terreno.

No se trata de una Alcaldía o Municipalidad carente de recursos sino de una en donde si el Alcalde gana más de cien mil quetzales al mes y los miembros del Concejo reciben mensualmente una muy jugosa cantidad por las dietas, seguramente deben tener departamentos técnicos con profesionales capaces que saben el oficio. Y es ahora el momento de que se demuestre y confirme que realmente se ejecutaron estudios serios de suelos para tratar de prevenir una catástrofe como la que se vivió el sábado.

Ser Alcalde o servidor público no es simplemente para presumir y ganar un gran sueldo. Se supone que los gobiernos locales son los que más se preocupan por los vecinos, por mejorar y mantener todo en sus respectivas jurisdicciones, pero tristemente la porquería se ha extendido tan rápidamente y de forma tan generalizada que aquella idea de servicio público ya desapareció y no está más en el horizonte, porque la aspiración a un cargo público se volvió reflejo de la ambición desmedida que solo se puede satisfacer con la corrupción que se ha generalizado de forma tan brutal.

Dice el Alcalde que en su administración ha construido más drenajes y colectores que en cualquier administración anterior, pero no lo demuestra con datos contundentes y en la palabra de los políticos solo los cautos, ingenuos o tontos pueden creer porque está más que demostrado que mienten con total descaro. Más prueba que la oferta de cero baches de Giammattei ya no hace falta.

Redacción La Hora

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