El efecto pernicioso del control que tienen las mafias sobre el sistema de justicia queda probado con la forma en que destraban cualquier carreta mediante el uso de Amparos que no por espurios dejan de ser efectivos. Antes fue el que ordenó a la Comisión de Postulación incluir a puro tubo a la Fiscal General Consuelo Porras en la lista que se enviaría al Presidente y ahora es otro ordenando al Consejo Superior Universitario elegir al Rector con los cuerpos electorales que dejaron después de haber descalificado a los que no convenían a ese oficialismo que se ha enseñoreado en la Universidad de San Carlos.
Resulta cómodo disponer de suficientes magistrados en las distintas instancias para hacer literalmente micos y pericos atropellando la ley mediante amparos que no tienen ningún fundamento. Y sin duda que serán aplaudidos hasta por los que desde afuera están todo el tiempo enviando mensajes a favor del gobierno mediante comunicados que evidencian su contubernio, pero eso no quita que se trate de abusos en la implementación de las normas legales que comprometen el legítimo ejercicio de derechos, como pudo ser el de los comisionados que no votaron a favor de Porras y ahora el de los cuerpos colegiados eliminados de un manotazo para asegurar el triunfo de quienes tienen y han tenido el control de la Usac.
No nos cansaremos de repetir lo grave que es que el sistema de justicia sea cooptado porque si bien hoy puede funcionar al gusto del cliente, el día de mañana, cuando el cliente se quiera adueñar de derechos ajenos, hará lo mismo y los ciudadanos estarán totalmente desprotegidos.
El Amparo es una acción creada para asegurar el respeto a los derechos y restaurarlos en caso sean mancillados. Es una de las instituciones más nobles del Derecho porque tiene la finalidad de enmendar errores o abusos que se cometan en el ejercicio de la función pública. Sin embargo, cuando se prostituye el Amparo a fin de que sirva al interés de las mafias, se destruye mucho más que esa importante función de control institucional. No se puede vivir en un país donde el Amparo deja de cumplir sus fines y es puesto al servicio de quienes pretenden mantener el control absoluto para continuar con el saqueo de los fondos públicos, como ha ocurrido en la Universidad, y contribuir al esfuerzo por garantizar la impunidad.
Llegará el día con llanto y crujir de dientes cuando los que hoy aplauden se den cuenta del monstruo que han creado mediante la perversión del Amparo.