Anoche el medio digital El Faro de El Salvador publicó la noticia de un testimonio recibido como prueba anticipada y que está resguardado en el juzgado a cargo de Erika Aifán, quien presidió la diligencia, en el que se brindan detalles del aporte de 2.6 millones que hizo el entonces ministro José Luis Benito a la campaña de segunda vuelta de Alejandro Giammattei. El bien documentado trabajo periodístico constituye una bomba que sirve para explicar no sólo el acoso para destruir la Fiscalía Especial Contra la Impunidad, sino las acciones persistentes que buscan despojar de inmunidad y apartar de su cargo a la Jueza Aifán y cómo todo el aparato del mal llamado sistema de justicia está operando para destruir pruebas que afecten al Presidente.
Se trata del testimonio de alguien cercano a la campaña de Giammattei cuya identidad se mantiene en reserva y en los varios audios que publicó el medio salvadoreño se puede escuchar la clara descripción de la trama que formó parte de los tantos financiamientos electorales que se producen como sobornos anticipados que se entregan a los políticos en campaña y que ni el Tribunal Supremo Electoral ni las autoridades del Ministerio Público investigan.
Cuando se produjo la salida de Juan Francisco Sandoval de la FECI se supuso que era resultado de las investigaciones realizadas sobre el soborno envuelto en una alfombra que llevaron unos rusos a la residencia del gobernante pero ahora resulta obvio que andaban también tras otro caso, más grave y mejor documentado, que descansa en ese testimonio ofrecido por una persona que estuvo entre los allegados al entonces candidato presidencial y asistió justamente en la reunión en la que se recibió el ofrecimiento concreto de Benito a Giammattei y hasta se habló de la forma en que el dinero sería trasladado, utilizando agentes de la PNC proporcionados por el Ministerio de Gobernación.
Según reporta el diario digital salvadoreño esas investigaciones hace meses que fueron hechas del conocimiento de autoridades de Estados Unidos, lo que explica la tajante y firme postura que han tenido para condenar el comportamiento de la Fiscal General de Guatemala que ha tenido a su cargo no sólo el desmantelamiento de la FECI, fiscalía en la que confiaron muchos guatemaltecos y por eso la buscaban al tener conocimiento de ilícitos relacionados con la corrupción, sino la persistente lucha para apartar a Aifán del juzgado en donde permanece a buen recaudo el testimonio de referencia sobre el que ya no tiene control el Ministerio Público porque fue recibido como prueba anticipada por el tribunal dirigido por la acosada juzgadora.