El ministro de Gobernación, Gendri Reyes y el presidente, Alejandro Giammattei no figuraron durante una jornada en la que transportistas bloquearon varias carreteras del país. Foto La Hora/Presidencia/archivo

La férrea oposición de transportistas a un seguro obligatorio generó ayer una paralización de buena parte del país por los bloqueos que se realizaron desde temprana hora y que continuaron hasta bien entrada la noche y que hoy continúan sin que las autoridades den la cara frente a la crisis que genera esta situación que se da no obstante que el gobierno ya dio marcha atrás, postergando la vigencia de la norma que establece la necesidad de contratar esa cobertura para terceros afectados por percances de tránsito.

En general es evidente que el gobierno se desentiende de las necesidades de la población y el tráfico, con su inseguridad, es un ejemplo claro de ello que ahora se aviva porque ni el Presidente de la República ni el Ministro de Gobernación dieron la cara ayer a pesar de la dimensión del problema que representa la acción de protesta, mientras que la fuerza pública permaneció en sus puestos no obstante un amparo provisional dictado por la Corte de Constitucionalidad para prevenir los bloqueos y paralización del país.

Y no puede dejar de mencionarse el contraste que hay entre esta actitud complaciente y timorata con la que mostró la misma fuerza pública para reprimir a manifestantes que exigían ser tomados en cuenta en una consulta comunitaria sobre el tema de la minería en El Estor, Izabal, a donde se envió un impresionante contingente en una extraordinaria operación policial, luego de que una misteriosa alfombra rellena de billetes aterrizara en la residencia del Presidente, situación que derivó en el desmantelamiento de la Fiscalía Especial Contra la Impunidad, a donde había llegado el testimonio de una persona que documentó ese hecho.

El ciudadano común y corriente que se ve atrapado por esos bloqueos que impiden la libre movilización de las personas no tiene ni los medios ni las formas para comprar ese tipo de trato y está visto que hay diferentes formas de enfrentar los problemas dependiendo simplemente de la muy volátil actitud presidencial. El desaparecer del escenario en medio de una crisis no es una respuesta adecuada y menos cuando ni el principal responsable ni quien le sigue en la cadena de mando abren la boca ante una situación como la planteada por los grupos de transportistas que se entretienen jugando chamuscas en las carreteras del país mientras miles de personas se ven seriamente afectadas.

La crisis institucional hace rato que se ha puesto en evidencia y ahora se repite nuevamente esa actitud de desinterés y descuido que muestran nuestras autoridades, tanto en el mantenimiento del orden como en el manejo de la pandemia, dejando todo a la libre.

Redacción La Hora

post author
Artículo anteriorLa corrupción que ya no nos inmuta
Artículo siguientePostuladora para elegir a Fiscal General inicia el próximo lunes