Se deben tomar todas las precauciones porque la vida común está alterándose seriamente debido a la ola de contagios derivados de la nueva variante ómicron y que ha hecho que más personas busquen hacerse pruebas para determinar si tienen o no la enfermedad. Foto José Orozco.

Todos los reportes del mundo indican que la variante ómicrón es altamente contagiosa, mucho más que cualquiera de las precedentes, pero no es tan severa ni genera tantas complicaciones en los enfermos como las anteriores, lo cual es un alivio para la humanidad pero, no obstante, la experiencia está demostrando que se deben tomar todas las precauciones porque la vida común está alterándose seriamente debido a la ola de contagios, tanto así que industrias como la aviación o servicios como los de salud y educación se ven seriamente afectados por la escasez de personal debido a que son muchos los que se enferman y tienen que dejar de asistir a sus trabajos.

El hecho de que ómicrón sea más leve en cuanto a los daños que pueda sufrir un enfermo de COVID-19 no significa que no se deban extremar las precauciones, sobre todo si pretendemos mantener el ritmo de la economía puesto que se ha visto que mucha gente que se enferma no llega a sentirse tan mal como para creer que tiene el virus y al continuar con sus rutinas contagian a mucha más gente porque la cantidad de contagios que puede provocar un enfermo es exponencialmente más alta con esta nueva variante que con las anteriores. Y de esa cuenta es que las líneas aéreas se han visto obligadas a cancelar miles de vuelos, afectando a cientos de miles de personas, porque no disponen de personal ni aéreo ni de tierra para realizarlos. En los hospitales se teme que por la ola de contagios y la cantidad de personal enfermo muchos pacientes, no sólo de COVID sino de cualquier dolencia, puedan morir por la escasez de trabajadores de la salud y lo mismo está pasando ya en los sistemas escolares, donde la enfermedad avanza mucho contagiando niños, pero también a maestros y asistentes, por lo que en varios lugares han tenido que suspender clases presenciales.

En otras palabras, podemos sentirnos más tranquilos porque esta nueva ola de contagios no traerá un incremento brutal en la cantidad de muertes, lo cual es algo que no tiene precio si pensamos en lo que han significado las variantes anteriores. Pero por lo visto no hace falta que los gobiernos cierren la actividad económica para prevenir más casos porque la misma se está deteniendo de manera casi natural por la cantidad de personas que tienen que someterse a cuarentena, sea porque han dado positivos o porque han estado en contacto con alguien contagiado.

Volvemos al tema de la responsabilidad individual (mascarilla, lavado de manos y distancia social) pero para ello hace falta información veraz, cosa que no nos proporcionan nuestras autoridades porque ni siquiera hacen suficientes pruebas, mucho menos decir cuántos casos realmente tenemos si ni ellos mismos lo saben por la secular incapacidad. No se puede exigir responsabilidad al ciudadano si no se le informa con precisión y en ese campo parece que cada día vamos peor.

Redacción La Hora

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