Ahora este grupo a salido dispuesto a disolver las manifestaciones que piden la renuncia del presidente Alejandro Giammattei y la fiscal general, María Consuelo Porras. Foto La Hora

Todas las manifestaciones contra Consuelo Porras y Alejandro Giammattei han sido pacíficas y en ellas participan hombres y mujeres de todas las edades. Numerosos ancianos y niños de brazos que van con sus madres se ven en estos ejercicios de ciudadanía que persiguen ponerle fin a la impunidad y que proliferan por todo el país. Pero el gobierno, utilizando los contactos que les dejó Jimmy Morales, ha conseguido movilizar a los vendedores de mercados, especialmente de La Terminal, para convertirlos en grupo de choque ahora que armados con garrotes, como les decía Álvaro Arzú Irigoyen que actuaran, salieron ya a la calle con la intención de dar una paliza a los que manifiestan pacíficamente contra la corrupción.

En todos lados hay “líderes” que se venden al mejor postor y entre los inquilinos se vio su influencia desde el gobierno anterior cuando fueron los únicos que marcharon abiertamente por las calles defendiendo al corrupto régimen. Pero ahora la cosa va en otro sentido porque no es simplemente apoyo al gobierno de Giammattei lo que se pactó sino que se encarguen de atacar violentamente a los que cuestionan la situación que vivimos en el país y pretenden la renuncia de los responsables de los desmanes.

No les importa colocar al país en ruta de una guerra civil, de otro conflicto armado porque, como hemos dicho, es mucho lo que está en juego para ellos. Mucho más que la cárcel, lo que no pueden arriesgarse a perder es el monto del soborno que les dieron los rusos y que, como hemos dicho, tiene que ser mucho más grande que el de los españoles a Pérez Molina porque lo que están negociando es mucho más y la celeridad con la que la Portuaria Santo Tomás lleva el caso, además de los sólidos apoyos que reciben de los ministros de Economía y de Energía y Minas, confirma plenamente que estamos en medio de un mega negocio.

Por supuesto que la Fiscal General no va a investigar quiénes son los instigadores de la violencia que ayer no se materializó por casualidad, porque los manifestantes ya se habían desplazado al Congreso cuando llegaron los que los iban a disolver a golpes. Circula información en redes sobre cómo altos funcionarios y verdaderos capos del Pacto de Corruptos fueron a negociar a plena luz del día con los líderes de los vendedores de La Terminal para contratarlos como la fuerza de choque que el gobierno necesita para ahuyentar a los manifestantes que están actuando pacíficamente pidiendo las renuncias de Porras y Giammattei.

Redacción La Hora

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