Dr. Julio Roberto Bermejo González

jrbermejo@bermejolaw.com

post author

*Julio Roberto Bermejo González

La investidura de Gabriel Boric como nuevo Presidente de Chile está marcando un momento muy importante en el ejercicio de la democracia chilena, por cuanto que Boric se impuso por más del 55.8 por ciento de los votos, ya casi 12 puntos de diferencia del contendiente más próximo, el ultraderechista José Antonio Kast. Boric se perfiló como un candidato joven, con nuevo programa, en el que destacaría que la soberanía del pueblo chileno estaría siempre presente en el desarrollo del actuar gubernamental. Boric es un exlíder estudiantil, crítico acérrimo del modelo neoliberal instalado durante el régimen militar que operó después del golpe militar que depuso a Salvador Allende.

La investidura fue el 11 de marzo en curso y se realizó con presencia de gobernantes de países amigos. La prensa no menciona que haya habido representación del Gobierno de Guatemala. Pudo haber sido invitado, pero si no lo fue, alguna razón suficiente hubo por el tipo de gobierno impopular, antidemocrático y corrupto que tenemos actualmente en Guatemala.

Chile ha vivido momentos políticos muy interesantes. En la época que gobernó Salvador Allende se quiso realizar un cambio de la estructura política y social. Se vivió la época de guerra fría y los Estados Unidos de Norteamérica lo percibió como algo contrario al concepto de democracia que ellos trataban de imponer y cuyo objetivo era que no se alterara el status que ellos defendían, el que se traducía en proteger la situación económica de sectores sociales privilegiados aun cuando fuera en detrimento de los sectores sociales económicamente desfavorecidos. Se hicieron tales presiones, de toda índole, que se derrumbó aquel instante revolucionario. Se originó el gobierno de Pinochet y el calvario de Chile fue monstruoso y se prolongó por mucho tiempo.

Pasaron varios años y se hicieron en Chile, fundamentalmente en el área económica, en el que se desarrolló un importante desarrollo, pero se olvidó del desarrollo en el área social.

El sector industrial y comercial de Chile tuvo un desarrollo significativo, pero la población no se benefició de ello, lo que determinó un importante desequilibrio en el bienestar de amplios sectores de la población chilena. El gobierno de Salvador Allende se derrumbó fundamentalmente por los bloqueos auspiciados por los Estados Unidos, todo ello dentro del esquema “guerra fría” vigente en la época; período en el que se menospreciaba el desarrollo social de los pueblos en aras de consolidar la estabilidad política de los gobiernos.

El caso de Guatemala es un claro ejemplo de lo indicado, porque después de la Segunda Guerra Mundial los Estados Unidos, en el área de América, ignoró la necesidad de un desarrollo económico de los sectores sociales más necesitados. La revolución guatemalteca de 1944 a 1954 apoyó el desarrollo social, pero al ser acusada de “comunista” los Estados Unidos apoyado por sectores religiosos, provocó un cambio de gobierno y el retraso en el desarrollo, eso condujo al país a un atraso social y económico significativo que no ha sido superado.

Guatemala sigue necesitando un cambio revolucionario, pero hay sectores empresariales poderosos, refugiados en el CACIF, Cámara del Agro y sectores religiosos, que están ignorando esta necesidad política.

En las pasadas elecciones que se desarrollaron en Chile el pueblo hizo triunfar a las fuerzas políticas de izquierda. Al nuevo Presidente –Gabriel Boric– hombre joven que además está valorizando al sector femenino. Está ofreciendo democracia política y económica y respeto a los derechos humanos de los chilenos.

Creo que los Estados Unidos debe visualizar adecuadamente los cambios que se produzcan y contribuya –con amplio criterio social y político– a que los sectores desfavorecidos del país logren superarse. No debe entenderse que se afectarán a sectores empresariales económicamente poderosos, ya que el triunfo de la “izquierda” deberá orientar al país a un desarrollo integral a efecto de que todos los sectores sociales se beneficien.

Chile está enfrentando un futuro incierto que nadie debe ignorar, pero el cambio que se produzca debe ser apoyado por todos los sectores que creen en la democracia política, económica y social.

Artículo anteriorLo fatal
Artículo siguiente“Sinfonía de las jacarandas” del maestro don León Aguilera