Juan Jacobo Muñoz Lemus

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"Guatemalteco, médico y psiquiatra"

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Juan Jacobo Muñoz Lemus

Para hacer esto me he propuesto un texto insoportable, para algunos será aberrante o por lo menos esperpéntico. Parto de tres principios; consciente, preconsciente e inconsciente. El consciente aparece inmediatamente por ser tolerable y políticamente correcto. El preconsciente surge luego de pensarlo un poco, y se trata de pensamientos y sentimientos de los que no se tiene tanta advertencia pero que aparecen si se buscan. El inconsciente necesita de un esfuerzo para salir a la luz, y está constituido por deseos instintivos y primitivos, y por contenidos que pudieron ser reprimidos.

La idea del ejercicio es tratar de entender que cada persona tiene que averiguar qué está buscando, en lugar de querer materializar los anhelos de su ser con algo concreto y tangible. Pongo ejemplos:

– ¿Por qué te vas a casar?
-Por amor.
– ¿Y qué más?
-Es que ya estoy en edad, ya casi todas las amigas de mi grupo se casaron, no quisiera ser la última en hacerlo, además él me conviene, tiene trabajo estable y con él me espera un buen futuro, no es feo y así mis hijos no corren riesgo de salir feítos, mis papás lo aceptan y con lo que cuesta eso, siempre he querido vestirme de blanco y tener una boda preciosa para que todas mis conocidas se mueran de envidia.

-No, ya en serio, ¿por qué te vas a casar?
-Es que siento que mis papás cada vez están más grandes, y aunque no quiera algún día se van a morir y necesito que alguien me cuide. No me siento capaz de sobrellevar sola la vida.

– ¿Por qué vas a estudiar medicina?
-Quiero ayudar al que sufre, hacer bien a la humanidad.
– ¿Y qué más?
-Estoy seguro de que ser médico me dará prestigio, la gente me admirará vestido de blanco. Además, es una forma de tener una posición social importante. Si me aplico voy a hacer dinero; buscaré una especialidad donde pueda cobrar y tener un consultorio en el mejor lugar de la ciudad. Si soy famoso me casaré con una mujer de posición, nadie se resiste a un hombre exitoso.

-No, ya en serio, ¿por qué vas a estudiar medicina?
-Me llama la atención ver de cerca el dolor y el sufrimiento, saber qué es eso, tener la vida de la gente en mis manos y estar donde nadie pueda, entre la sangre y con derecho a verla y a tocarla.

– ¿Por qué querés ser psiquiatra?
-El sufrimiento emocional es terrible, quiero contribuir a su alivio.
– ¿Y qué más?
-Quiero explorar en la mente humana, me parece fascinante. Entender de motivos y conflictos para ayudar a resolverlos. Mejorar la calidad de vida de mucha gente ayudándola a entender mejor su realidad y a contender con su vida siendo más asertiva. Todos tenemos derecho a la libertad interior y a dejar de ser esclavos de los determinantes sociales y la esclavitud de las cosas mundanas enraizadas en las experiencias del pasado.
-No, ya en serio, ¿por qué querés ser psiquiatra?
-Me atrae saber lo que pasa en la vida de la gente, voy a poder saber eso y más. Las zonas oscuras de la gente harán que no me confronte con las mías, así que será una buena forma de protegerme de mis incómodas profundidades.

¿Por qué quiere alguien ser presidente, dictador, jefe, rico, poderoso, famoso, dependiente, altruista, adicto, víctima, lujurioso, trabajólico, puritano, ministro religioso, abogado, maltratador, maledicente, autodestructivo? Cualquier cosa.

Hay cosas que las tenemos muy claras e inmediatas en la consciencia; pero podemos encontrar otros motivos que nos impulsan y que buscan darnos algún alivio malsano. Más allá de cosas literales y fáciles de decir hay contenidos oscuros, caóticos y hasta incoherentes que con significados indescifrables también son parte nuestra y nos generan decisiones y conductas. Todo lo que se niega y no se le permite expresarse se hace síntoma y, puede aparecer en formas proyectadas sobre los demás como celos, egoísmo, envidia o agresividad. O en padecimientos como depresión, angustia o enfermedades físicas.

No podemos pretender solo ideas y sentimientos que nos gustan. Es mejor conocer lo que llevamos dentro, para que no nos asalte por la espalda y a traición en algún momento. Es el camino de la integración como individuos, qué le vamos a hacer.

Termino aquí con algo que escribí hace más de diez años. Está bien eso de salvar el espíritu, aunque el alma se entrometa. Espíritu posiblemente implique consciencia, intuición y comunión, algo elevado si se quiere; inmaterial. Pero el alma incluye impulsos, emociones, razones, ideales, decisiones. La personalidad es su expresión y su comunicación con el mundo. Al alma le vienen igual el bien y el mal.

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