Juan Antonio Mazariegos

jamazar@alegalis.com

Abogado y Notario por la Universidad Rafael Landívar, posee una Maestría en Administración de Empresas (MBA) por la Pontificia Universidad Católica de Chile y un Postgrado en Derecho Penal por la Universidad del Istmo. Ha sido profesor universitario de la Facultad de Derecho de la Universidad Rafael Landívar en donde ha impartido los cursos de Derecho Procesal Civil y Laboratorio de Derecho Procesal Civil. Ha sido y es fundador, accionista, directo y/o representante de diversas empresas mercantiles, así como Mandatario de diversas compañías nacionales y extranjeras. Es Fundador de la firma de Abogados Alegalis, con oficinas en Guatemala y Hong Kong, columnista del Diario La Hora y Maratonista.

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Juan Antonio Mazariegos G.

El crecimiento o el desarrollo de toda ciudad conlleva consecuencias. La concentración, en determinadas zonas de cualquier ciudad, de grandes segmentos de industria, oficinas, comercio, educación o vivienda, implican el indispensable traslado de personas, usuarios, entre los distintos centros donde estos usuarios realizan sus actividades diarias, en una u otra vía, en horarios simultáneos que  transforman las ciudades en gigantescos embudos de tráfico que las hacen colapsar y que se convierten en horas y horas de tiempo muerto que, atentan en igual medida, en contra de la salud y la economía de las personas y de las mismas ciudades.

La existencia de distritos financieros, educativos, de recreación que se creaban en el pasado por el aglutinamiento de esos segmentos, en determinadas zonas de las ciudades, van quedando relegados, porque los mismos segmentos necesitan descentralizarse, ubicarse cerca de las personas. La dificultad en la movilidad, las limitaciones generadas por eventos como la pandemia que acabamos de pasar, la conveniencia de las personas y sobre todo su calidad de vida, obligan al desarrollador actual a buscar la creación de proyectos de usos mixtos que respondan a esas necesidades; y también a las ciudades a la creación de centros que, ubicados en distintos lugares puedan satisfacer integralmente esas mismas necesidades para el vecino.

En respuesta a esta problemática, en la Municipalidad de Guatemala se encuentra impulsada la creación de los denominados Distritos de Oportunidad, identificados como Distrito Central; Nu.6, ubicado en los alrededores del estadio La Pedrera en la zona 6 de la ciudad; Siete – 11, ubicado en las zonas referidas; Tívoli, en zona 9; Vía Doce, en zona 12; Vía Norte, el más grande y ambicioso, con una extensión de 28 kilómetros cuadrados que colinda con las Municipalidades de Chinautla y San Pedro Ayampuc y finalmente el denominado Distrito Verde que contempla, el preservar la existencia de las áreas de barrancos y áreas de resguardo ambiental, para que se mantenga el necesario equilibrio ecológico de la ciudad.

En principio, cada uno de estos denominados Distritos de Oportunidad, con excepción del Distrito Verde, por obvias razones, pretenden la creación de áreas en donde las personas puedan desarrollar la mayor parte de sus actividades, lo cual resulta a mi juicio, en una planificación acertada, la  que para tener el éxito esperado, debe ser adecuadamente regulada dentro del Plan de Ordenamiento Territorial del Municipio, tanto  para garantizar la dotación de los servicios adecuados a los usuarios que permitan esa convivencia integral de los distintos usos de suelo; la seguridad de que los Desarrolladores Inmobiliarios cumplirán con las cargas y responsabilidades que conlleven sus desarrollos; como también con las compensaciones adecuadas para esos mismos Desarrolladores,  en cuanto a liberación de uso de suelos, parámetros de edificabilidad y demás incentivos que permitan alinear los intereses y la visión del Municipio con los de la industria de la construcción. La iniciativa me parece necesaria y correcta, debemos trabajar ahora, en conjunto, para que esa visión se transforme en una oportunidad real para el vecino.

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