Juan Antonio Mazariegos

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Abogado y Notario por la Universidad Rafael Landívar, posee una Maestría en Administración de Empresas (MBA) por la Pontificia Universidad Católica de Chile y un Postgrado en Derecho Penal por la Universidad del Istmo. Ha sido profesor universitario de la Facultad de Derecho de la Universidad Rafael Landívar en donde ha impartido los cursos de Derecho Procesal Civil y Laboratorio de Derecho Procesal Civil. Ha sido y es fundador, accionista, directo y/o representante de diversas empresas mercantiles, así como Mandatario de diversas compañías nacionales y extranjeras. Es Fundador de la firma de Abogados Alegalis, con oficinas en Guatemala y Hong Kong, columnista del Diario La Hora y Maratonista.

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Juan Antonio Mazariegos

Gestión abusiva, Lavado de activos, Actos que menoscaban la soberanía, la independencia y la autodeterminación, Terrorismo, Incitación a la injerencia extranjera en asuntos internos y Falsedad ideológica. Estos son el listado de delitos que enfrentan hasta ahora, cinco candidatos a la Presidencia de Nicaragua que se encuentran detenidos, en prisiones o en sus domicilios, perseguidos por las huestes del par de dictadores que gobiernan Nicaragua, en calidad de Presidente y Vicepresidenta de ese país, Daniel Ortega y Rosario Murillo.

Hace años Ortega aprendió que eso de las urnas era para Presidentes pobres y sin poder, manoseó la Constitución, se creyó un Mesías y se rodeó de una rosca de delincuentes que traicionaron a su pueblo, los ideales que supuestamente alguna vez tuvieron y en conjunto descubrieron que era más cómodo quedarse para largo rato dándole vuelta a la rueda, que pensar en los intereses de una nación que hoy se encuentra aislada y privada totalmente de un futuro.

Hace años también, Rosario Murillo aprendió que ser la segunda, era bueno si podía manejar al primero, sobre todo, si el primero ya estaba tan seguro en el poder o tan ajeno a la realidad que le dejaría hacer cosas mucho más allá de la razón y la prudencia, para las cuales la señora Murillo es pinta y parada, como la aparición de los famosos Árboles de la Vida que de vida tenían solo el nombre, pues no eran más que ilógicas estructuras de latón que según Murillo, adornan las esquinas de la ciudad de Managua.

Hoy, ambos en una abierta dictadura tratan de silenciar a la oposición de la manera más burda, encarcelando a cuanto candidato opositor aparezca y revelando al mundo su verdadero interés y desparpajo que no es otro que el de copar de por vida el poder que viene asociado a la presidencia de un país que ya no da para más.

Cristiana Chamorro, Arturo Cruz, Félix Maradiaga, Juan Sebastián Chamorro y Miguel Mora, cuyo único común denominador, es haberse atrevido a retar a los dictadores en las urnas, enfrentan procesos penales, en decir una desfachatez de procesos que solo pretenden privar al pueblo nicaragüense de la oportunidad de sacudirse al clan Ortega Murillo.

Los Árboles de la Vida se idearon en la mente de Rosario Murillo, quizás como un adelanto de una democracia ficticia que solo vive en la cabeza de la pareja presidencial nicaragüense. Al igual que los árboles de Murillo, la Democracia ya no florece en Nicaragua, resulta indispensable que la comunidad internacional exija la liberación de los presos políticos nicaragüenses y que se garantice al pueblo de ese país hermano el poder acudir a las urnas a elegir libremente el futuro que desean.

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