Jorge Santos

jsantos@udefegua.org

Defensor de derechos humanos, amante de la vida, las esperanzas y las utopías, lo cual me ha llevado a trabajar por otra Guatemala, en organizaciones estudiantiles, campesinas, de víctimas del Conflicto Armado Interno y de protección a defensoras y defensores de derechos humanos. Creo fielmente, al igual que Otto René Castillo, en que hermosa encuentra la vida, quien la construye hermosa.

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Durante estas dos últimas semanas han visitado al país, misiones del más alto nivel en materia de derechos humanos. La primera de las visitas fue por parte del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de las Naciones Unidas -ACNUDH- Volker Türk y la segunda, que termina precisamente el día de hoy, por parte de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos -CIDH-. Ambas visitas de carácter oficial representan un nuevo y renovado aire para el Gobierno de Bernardo Arévalo, en la medida que vuelve a colocar al país en el escenario internacional, así como vuelve a poner sobre la mesa las importantes tareas pendientes a realizar, para poder garantizar un camino de respeto y garantía de los derechos humanos, así como de posibilidades de derrotar a quienes siguen añorando el autoritarismo y un régimen de violencia, corrupción e impunidad. 

En ese sentido, la declaración emitida por parte del ACNUDH arranca estableciendo que “lo ocurrido durante el período electoral de 2023 le preocupó enormemente. Refiere también el señor Türk que temió que las fuerzas regresivas que habían cooptado las estructuras del Estado lograran también revertir la voluntad popular expresada en las urnas. El empeño y la determinación de amplias capas de la sociedad, especialmente la movilización durante 106 días de los Pueblos Indígenas y movimientos sociales, consiguieron preservar la democracia y el Estado de Derecho”.

A su vez y de la misma manera como lo está haciendo la CIDH, el Alto Comisionado escuchó a miembros de la sociedad civil del más amplio espectro, miembros del sector empresarial, al gobierno de turno y con ello estableció prioridades que el Estado de Guatemala debe de atender de manera inmediata con el objetivo de transformar la vida de la población. Es en ese sentido que cabe señalar que el Alto Comisionado para los Derechos Humanos estableció con meridiana verdad que, a pesar de reconocer el compromiso firme del gobierno de Arévalo con el Estado de Derecho, la democracia y los derechos humanos, es necesario que los tres poderes del Estado trabajen en consonancia y coherencia, lo cual evidentemente y a la observación de estos dos altos órganos, no está sucediendo.  Es tal la evidencia que dicha declaración recoge que una persona defensora de derechos humanos le dijo que “la democracia seguía en peligro y que debemos de hacer todo lo necesario para cambiar el estatus quo, con lo cual evidentemente el ACNUDH está en pleno acuerdo”.  

Es en este sentido, que ambas visitas vuelven a dar una nueva oportunidad al gobierno de Arévalo para que asuma de una vez por todas, el mandato que le dio el Pueblo, no en rimbombantes y turbulentos actos del Congreso, si no el entregado en las elecciones pasadas y más aún en la masiva movilización alcanzada en 106 días de Paro Nacional indefinido y digna resistencia.  Dicho mandato es claro y contundente, que destituya a la ilegal y criminal fiscal general y jefa del Ministerio Público y que a partir de ahí se logre la transformación del Sistema de Justicia y con él el propio Estado guatemalteco.

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