Jorge Santos

jsantos@udefegua.org

Defensor de derechos humanos, amante de la vida, las esperanzas y las utopías, lo cual me ha llevado a trabajar por otra Guatemala, en organizaciones estudiantiles, campesinas, de víctimas del Conflicto Armado Interno y de protección a defensoras y defensores de derechos humanos. Creo fielmente, al igual que Otto René Castillo, en que hermosa encuentra la vida, quien la construye hermosa.

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Las y los responsables de la peor crisis que hemos tenido como sociedad en nuestra historia reciente llevan días escondidos, sin aparecer, agazapados.  Ni Alejandro Giammattei, Ni Consuelo Porras, Ni Rafael Corruchiche, Ni Cinthya Monterroso, Ni Shirley Rodríguez, ni ninguno de los miembros del grupusculo de golpistas dan la cara a pesar de la responsabilidad que tienen al frente de cada institución que dirigen.  Al final de cuentas, pareciera ese momento justo cuando las ratas están a punto de abandonar el barco y corren de un lugar buscando un lugar donde esconderse, pero no lo logran y optan por salir despavoridas.  Las últimas veces que han realizado apariciones públicas se les ve enfermos, demacrados, palidos, a veces denotan pánico en sus expresiones, lo cual son ya las evidencias de que ese pequeño grupo pende de un hilo y hay que hacer los últimos esfuerzos para cortarlo y que abandonen el poder. 

Ese hilo del cual penden, son todas aquellas razones por las cuales estamos en esta profunda crisis.  Ese hilo se llaman los compromisos asumidos y que no podrán cumplir, principalmente compromisos frente a sus financistas, frente a la oligarquía que les empuja a hacer más y garantizar sus privigilios e impunidad, son sus compromisos ante grupos del crimen organizado, es la alfombra rusa, es el contrato con el fideicomiso ruso para comprar las vacunas contra el COVID 19, son los hospitales sin construir, son todos y cada uno de los actos de corrupción e impunidad que han gestado en los último años.  Estan enfermos de corrupción, violencia e impunidad, son como la podredumbre que lo corroe todo y que termina por deteriorarlo todo hasta su muerte. Eso es lo que le han hecho a Guatemala y por ende a las y los guatemaltecos. 

Ese grupo de corruptos encabezados por Alejandro Giammattei y Consuelo Porras se saben perdidos, agotados y saben que todas las estrategias que han asumido para mantener el control de la institucionalidad pública han fracasado.  Los Pueblos de Guatemala les han dicho basta y lo han ejercido bajo todos los mecanismos institucionales, democraticos y bajo los preceptos del Estado de Derecho.  Les dieron la primera derrota el 25 de junio pasado en la primera vuelta electoral, les acestaron un duro golpe en el balotaje al votar a favor de Bernando Arévalo y Karin Herrera del Movimiento Semilla y no escoger a Sandra Torres y la UNE que era su instrumento para continuar este régimen dictatorial que pretendian imponer.  Frente a toda la criminalización y judicialización para desconocer las elecciones pasadas, los Pueblos han salido a las calles masivamente y les han dicho fuerte y claro ¡basta ya!

Ese grupo de golpistas esta pendiendo de un hilo y hay que hacer los útlimos esfuerzos para cortarlo y que caigan, en definitiva. Lo que vendra después de ello, será la construcción sobre la destrucción que han dejado a su paso e iniciar así un camino largo pero esperanzador, donde sea posible pensar en otro Guatemala Posible. 

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