Jorge Santos

jsantos@udefegua.org

Defensor de derechos humanos, amante de la vida, las esperanzas y las utopías, lo cual me ha llevado a trabajar por otra Guatemala, en organizaciones estudiantiles, campesinas, de víctimas del Conflicto Armado Interno y de protección a defensoras y defensores de derechos humanos. Creo fielmente, al igual que Otto René Castillo, en que hermosa encuentra la vida, quien la construye hermosa.

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El pasado 25 de junio, el Pueblo guatemalteco nos vuelve a dar una importante lección de esperanza en el futuro y de que por más esfuerzo que las mafias hayan realizado, sobra dignidad y deseos de construir una sociedad sin violencia, sin corrupción, sin impunidad, sin discriminación y sin pobreza. El voto que permite que el Movimiento Semilla pase a segunda vuelta es un llamado claro y contundente de que esta sociedad ya no desea lo que actualmente está ocurriendo.

Varios elementos, deben de llamarnos la atención del comportamiento en el voto de la primera vuelta electoral de este 25 de junio y que sin lugar a dudas deben de ser referenciales para el 20 de agosto. El primero de ellos, es que la juventud, principalmente aquella que nació luego de la firma de los Acuerdos de Paz en 1996 ha salido a emitir un sufragio que, alejado de estereotipos y prejuicios, decide elegir entre el rechazo absoluto al sistema con su voto nulo y a cambiar el rumbo que durante los últimos 70 años ha venido ocurriendo en el país. Es la generación que vivió con alegría los más de 5 meses de movilización ciudadana y popular durante el 2015 y vio con expectativa que los casos impulsados por la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala -CICIG- y la Fiscalía Especial contra la Impunidad -FECI- dirigida por Juan Francisco Sandoval, nos permitirían librarnos de quienes desde el Estado nos han hundido en la peor de las crisis. Es decir, acá hay un claro ejemplo de un hecho histórico marcado por el bono generacional.

Otro elemento lo constituye el hecho de que, la población ha enviado un contundente mensaje a esa Alianza Criminal que compone el Pacto de Corruptos. A pesar de la captura absoluta de la institucionalidad pública, utilizada para limpiarle el camino a las opciones políticas mafiosas, a pesar de todo el compro de votos y voluntades, el acarreo y la desinformación, no pudieron derrotar, ni engañar a un Pueblo que demanda el cese del saqueo, la injusticia y la pobreza. Este elemento que conecta democracia con vida cotidiana, es muy poderoso, porque quiere decir que cada vez más, existe mayores niveles de conciencia de las implicaciones que tiene para el día a día, quien o quienes ocupan los distintos puestos de autoridad. Si quienes llegan al poder son mafiosos y corruptos, la vida de las personas se deteriora y esto cada vez más se comprende mejor.

Por último, los Pueblos de Guatemala envían un potente mensaje de luz frente a esta obscuridad que ha impuesto este Régimen de impunidad, corrupción y violencia. Este mensaje, nos cuestiona y nos invita a sembrar hoy para construir una vida digna, con justicia social, equidad y garantía de derechos humanos. De tal cuenta que el llamado es a que este 20 de agosto demos un paso más en la derrota a las mafias y que nos demos la posibilidad de pensar, sentir y vivir en democracia. Es hora ya que salgamos de la profunda obscuridad y para ello debemos votar por el Movimiento Semilla.

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