Jorge Santos

jsantos@udefegua.org

Defensor de derechos humanos, amante de la vida, las esperanzas y las utopías, lo cual me ha llevado a trabajar por otra Guatemala, en organizaciones estudiantiles, campesinas, de víctimas del Conflicto Armado Interno y de protección a defensoras y defensores de derechos humanos. Creo fielmente, al igual que Otto René Castillo, en que hermosa encuentra la vida, quien la construye hermosa.

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Por Jorge Santos

Hace una semana el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ) publicó una profunda investigación, realizada a través de la filtración de más de 11 millones de documentos confidenciales, que daban cuenta de las actividades de 14 firmas que prestaban sus servicios para la constitución de empresas de papel u offshore. Estos servicios evidentemente procuran mantener el dinero de actores poderosos y con ello posibilitar el ocultamiento de sus operaciones financieras.

En esta investigación presentada por el ICIJ y que reunió a más de 600 periodistas de 150 medios de comunicación en el mundo, en buena medida devela la moral capitalista, de quienes, usando estos mecanismos de offshore, se somatan el pecho en lo público, exigiendo mejores presupuestos públicos y muchos otros fortalecimientos de los sistemas tributarios en sus respectivos países. En el caso guatemalteco, debemos de agradecer la labor realizada por Plaza Pública, medio asociado a ICIJ y el encargado de publicar los Pandora Papers en estos territorios.

En términos generales, la investigación nos dice que se identificaron 956 sociedades en paraísos fiscales y que las mismas están asociadas a más de 300 actores, entre los cuales se describen jefes y ex jefes de Estado, ministros, empresarios, artistas, jugadores de futbol. La publicación de Plaza Pública nos refiere que la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), en el 2020 estableció que por lo menos 11.3 billones de dólares se encontraban resguardados en offshore. Los Pandora Papers brindan dos veces más información sobre el tema que los Panama Papers, publicados años atrás y permite conocer a los dueños de más de 29 mil offshore.

Un hecho que me parece relevante en este tipo de investigaciones, es exhibir el entramado que se requiere para el desarrollo de estas actividades que, aunque bajo la apariencia de legalidad, en realidad permiten por su naturaleza, no sólo evadir el pago de impuestos, sino suelen ser refugio de dineros provenientes de la corrupción o de actividades del crimen organizado. Como era de esperarse, este pequeño país del continente americano está entre los 10 primeros países en la utilización de este mecanismo y ocupa el cuarto lugar de los países de América Latina con más dueños o actores vinculados a las offshore.

Por el momento, la investigación destapó la participación de un miembro de la familia Kong Vielman en este tipo de actividades, el cual movió 13.5 millones de dólares a través de offshore en Estados Unidos. Esta familia recurrentemente vinculada con actores de poder político y a quienes han hecho de la corrupción o de las violaciones a derechos humanos su modo de vida. Todo esto se da en el mismo país, donde hay alrededor del 60% de su población sumida en la pobreza, un 50% de la niñez subsiste en condiciones de desnutrición y en donde la población muere por falta de medicamentos o infraestructura hospitalaria. De este tamaño es la moral de este sistema que privilegia la corrupción y castiga a los Pueblos.

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