Jonathan Menkos

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Jonathan Menkos Zeissig
jmenkos@gmail.com

Los libros, en alguna medida, tienen efectos alquímicos sobre quien los lee, pues transforman la ignorancia en conocimiento; la duda en respuestas y las certezas en nuevas interrogantes. Frente a nuestros ojos lectores, las hojas de los libros se convierten, sin que nos demos cuenta, en caminos, continentes y territorios desconocidos, que solo el lector podrá explorar y descifrar. En ocasiones, al leer un libro, si nos concentramos lo suficiente, podemos llegar a escuchar al autor que nos habla con toda franqueza de sus preocupaciones, sus alegrías y sus esperanzas, en tiempos pasados, presentes o futuros.

Los libros son ventanas abiertas para conocer la historia, la ciencia, la conciencia, la cultura y la magia de los pueblos. Además, la lectura tiene efectos muy beneficiosos en las personas y en las sociedades. En lo individual, favorece la concentración y la empatía; ejercita el cerebro, previene la degeneración cognitiva, acrecienta la imaginación y con ello educa en la capacidad de innovar y encontrar soluciones a los problemas cotidianos y hace de la persona un mejor orador. En lo colectivo, un pueblo que lee está mejor preparado para lidiar con el esfuerzo complejo y cotidiano de construir la democracia con base en la igualdad social, la solidaridad, la responsabilidad y la participación política (partidista o no). Un pueblo que lee no podrá ser asfixiado por alianzas criminales. Un pueblo que lee es condición necesaria para el desarrollo.

Por eso es motivo de enorme alegría la Feria Internacional del Libro en Guatemala (Filgua), que este año se celebrará desde hoy hasta el 12 de septiembre. En esta ocasión estaremos a un clic de distancia, pues la feria se podrá vivir desde las redes sociales de Filgua, y toda la información se podrá encontrar en su sitio: www.filgua.com. Ahí puede conocer la agenda completa de la feria, hacer compras en línea, ver catálogos de las librerías y editoriales y consultar dudas sobre la venta de libros. Además, no por ser virtual se disfrutará menos: al igual que en la Filgua presencial, habrá conferencias, mesas de discusión, charlas, lecturas de poesía, talleres, conciertos, actividades para niños y presentaciones de libros.

Entre otros, encuentro cuatro motivos especiales para festejar. Primero, la Filgua, a pesar de los vientos y mareas, cumple 18 años de acercar lectores con libros, autores y demás oficios del mundo editorial. Muchas gracias a sus organizadores por la perseverancia. Segundo, está dedicada a Ana María Rodas, poeta, narradora y ensayista guatemalteca, considerada una de las grandes figuras latinoamericanas. Tercero, se entregará el reconocimiento Bartolomeu Costa Amic, a José Antonio Móbil por su extenso y transcendental recorrido en el mundo editorial. Y, finalmente, este año el invitado de honor será el Festival Centroamérica Cuenta (CAC), cuyo presidente es el escritor nicaragüense, Sergio Ramírez, quienes desarrollarán una agenda de más de 30 conversatorios con más de cien autores de América Latina y Europa.

En esta Filgua se presentarán más de cien libros, entre ellos, Sexta Avenida, de mi autoría. Este libro de cuentos, escritos desde un realismo mágico particular y urbano, invita a caminar por la Sexta Avenida en el transcurso de 99 años que comienzan en 1977, con el cuento Hora de Santos y terminan, en 2076, con Las posibilidades de nuestros nietos. El libro cuenta con hermosas ilustraciones de la Sexta realizadas por Diego Zarat. Si tiene tiempo, lo espero el próximo sábado 2 de septiembre, a las 19 horas, en la sala Miguel Ángel Asturias, a través de www.filgua.com. Me acompañarán en la conversación, Andrea Ixchíu y Juan Pensamiento.

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