Se estrena el 2025, para todos significa un cambio, aunque el mismo sólo sea de cifras, pero igual sirve para establecer nuevos propósitos para plantear cambios en la vida de cada quien. Ahora para el 2025, la situación política se presenta, todavía, bastante incierta. El actual régimen de Gobierno, a pesar de su buena voluntad, a pesar de los buenos cuadros que lo integran, no las tiene todas consigo.

Así se presentan luces. Sí, efectivamente, la forma de gobernar es distinta, eso es un gran cambio, así como también se han conseguido muchos buenos resultados como el remozamiento de una gran cantidad de escuelas, se plantea el pacto colectivo con los maestros de una forma distinta, se ha conseguido reducir los focos de corrupción.
Se ha organizado un sistema de compra de medicamentos e insumos hospitalarios por medio de una agencia de Naciones Unidas, se han mejorado los salarios en salud.

El nombramiento de los gobernadores ya no fue por medio de arreglos amañados con personajes de reconocido desprestigio, por ello, este cambio se complicó tanto. Se han mantenido negociaciones con organizaciones representantes de los pueblos originarios, se abrieron 14 nuevos centros de salud, el Bono Social se ha extendido para familias en pobreza extrema y, recientemente, el Presidente Arévalo decretó un incremento en el salario mínimo.

También ha habido sombras. Eso no es nuevo. Los cambios dentro del actual régimen se han incrementado, con lo cual no se genera estabilidad, ni tampoco constancia. Se han incorporado buenos cuadros técnicos y políticos, pero en el Gabinete es donde más problemas se han evidenciado en cuanto los cambios, pero creo que la renuncia de Félix Alvarado constituye uno de los ministros que mayor prestigio otorgaba al régimen y que salió por diferencias con el propio mandatario, cuando Félix constituía uno de sus principales cuadros y miembro de Semilla.

Los discursos han venido mejorando, pero durante el año se dieron grandes resbalones cuando no se cuidaron mucho del contenido de los mismos. La labor diplomática, a pesar de la experiencia del actual canciller y del propio presidente, ha sido buena en general, con marcadas metidas de pata o falta de una actitud más clara con respecto de determinadas problemáticas. Hoy el Presidente Arévalo le impondrá la Orden del Quetzal a Almagro, una persona que al final resultó más en contra de la democracia que a favor de la misma, lo cual agrega una mancha más al tigre y que diplomáticamente no genera aplausos.

Las perspectivas se tornan difíciles. Al final de cuentas el actual régimen se encuentra cercado por todos lados. No encuentra la forma de conseguir apoyos en el Congreso de la República para impulsar leyes fundamentales –pero la Ley de Competencia, si es un logro indiscutible-, al igual que la situación seguirá marcada por la presión que ejerce el Ministerio Público en contra de cualquier acción positiva por parte del actual gobierno y llevando a la cárcel a personas honradas.

La Corte Suprema de Justicia seguirá en su camino sinuoso encarcelando cada vez más a la justicia y torciendo el derecho, mientras que la Corte de Constitucionalidad seguirá actuando ambivalentemente, pero que buscará contribuir a dañar, cada vez más, las potencialidades de cambio que delinee el actual régimen de Gobierno.

Y, para sumar más problemas, ayer el CACIF se destapó claramente en contra del actual Presupuesto de Ingresos y Egresos de la Nación, actitud que nunca tomó contra las arbitrariedades en esta materia que realizaron tanto Pérez, como Morales y Giammattei.
Las perspectivas son de incertidumbre sin duda, pero aún más, se tornan difíciles cuando cualquier intento por propiciar transformaciones se ve liquidado por cualquiera o por todos los entes mencionados anteriormente. La táctica es destruir cualquier atisbo de cambio y la estrategia es amarrar al actual Gobierno para que termine sin salida y sin luces.

Queda nada más la esperanza de que el actual Gobierno haga algo diferente para recuperar la credibilidad que ha perdido. Lástima, así como van las cosas, el país y nuestra sociedad no vamos a ninguna parte.

Juan José Narciso Chúa

juannarciso55@yahoo.com

Guatemalteco. Estudió en el Instituto Nacional Central para Varones, se graduó en la Escuela de Comercio. Obtuvo su licenciatura en la USAC, en la Facultad de Ciencias Económicas, luego obtuvo su Maestría en Administración Pública INAP-USAC y estudió Economía en la University of New Mexico, EEUU. Ha sido consultor para organismos internacionales como el PNUD, BID, Banco Mundial, IICA, The Nature Conservancy. Colaboró en la fundación de FLACSO Guatemala. Ha prestado servicio público como asesor en el Ministerio de Finanzas Públicas, Secretario Ejecutivo de CONAP, Ministro Consejero en la Embajada de Guatemala en México y Viceministro de Energía. Investigador en la DIGI-USAC, la PDH y el IDIES en la URL. Tiene publicaciones para FLACSO, la CIDH, IPNUSAC y CLACSO. Es columnista de opinión y escritor en la sección cultural del Diario La Hora desde 2010

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