Hemos asistido a una situación de incertidumbre poco vista en la vida institucional del país, pues fuera de las revueltas militares para propiciar golpes de Estado contra Vinicio Cerezo, el intento de golpe de Estado de Serrano Elías, el cerco contra la gestión de Ramiro de León Carpio (+) y los movimientos de la ciudadanía en 2015, no se había tenido un proceso tan complicado y arropado falsamente de legalidad como lo actuado por el MP, por las élites, por el actual gobernante, por el partido UNE y por otros vinculados a ese tristemente célebre Pacto de Corruptos, en contra de la potencial asunción del Presidente electo, Bernardo Arévalo y la Vicepresidenta electa Karen Herrera.
Asistimos con estupor y hasta con rabia e indignación poder ver cómo las instituciones vinculadas a la ley se han convertido en instrumentos particulares de intereses aviesos que únicamente buscan mantener el actual estado de cosas, sin cambios, pues se encuentran desconcertados después de tantos años de dominio total, cómo un partido que apenas sonaba y contaba con un bajo grado de popularidad en las encuestas, hoy se encuentra cerca de asumir la Presidencia del Organismo Ejecutivo.
Pero cada paso ha sido embarrado de medidas, amparos, solicitudes de quitar antejuicios, órdenes de captura absurdas y realmente indignantes, para que el equipo del Presidente electo Arévalo de León asuman, la última y desesperada medida fue pedir que les quiten el antejuicio a los magistrados del TSE, porque a la líder de la UNE, no puede aceptar que perdió y bien, por lo que alega un fraude que sólo en su cabeza cabe.
Pero estas medidas desesperadas, han venido mostrando que el Pacto de Corruptos se desmorona poco a poco, antes las medidas eran orquestadas en grupos –funcionarios, jueces, fiscales, diputados, empresarios y ex militares-, pero hoy, la situación ha provocado una disgregación grande de este grupo.
Pero todavía luchan, todavía tienen sus voces que llaman –veladamente-, a evitar que asuma el actual Presidente electo, ahí se encuentran columnas y videos de personas relacionadas con la cementera e hijos de fieles alfiles del CACIF, buscando evitar que las manifestaciones sociales internas, los movimientos de distintos actores sociales e incluso columnistas, se unan al clamor de la renuncia de la actual fiscal. Intentos sin sentido, voces solitarias, medidas desesperadas que ven cómo el poder se les disipa poco a poco.
Pero no quiere decir que todo sea miel sobre hojuelas. La actual coyuntura muestra cómo la lucha se inscribe a un nivel ideológico pero que no es cierto, pretendiendo plantear el enfrentamiento entre una izquierda –que más se ubica en el espacio socialdemócrata-, pero para ese grupo todos son comunistas –por supuesto que no tienen idea qué es el comunismo tampoco-, contra un grupo de derecha amorfo compuesto por empresarios conservadores y por militares que se quedaron en la guerra fría y por un montón de oportunistas (funcionarios, diputados, fiscales, jueces, contratistas del Estado, comisionistas), que hoy ven que su gallina de los huevos de oro, se termina.
Pero hoy es lamentable ver cómo una Junta Directiva del Congreso de la República se alinea, sin ni siquiera tener la cortesía de saludar –cómo se debe al Presidente Electo Bernardo Arévalo-, cuando retomó su curul y encima desconocen al partido Semilla, sin ninguna base legal. Vaya poder del Estado entregado a las mafias y a los corruptos.
Es doloroso observar y es desde cualquier punto de vista criticable cómo la Corte de Constitucionalidad permanece en silencio, cobardemente, cuando debería ser el factor que asuma la conducción de un Estado de Derecho que hoy hace aguas por todos lados y ninguna institución, ni poder, hacen algo para asegurar que el imperio de la ley prevalezca, a pesar de que hoy les duele perder el poder que ostentaron desde siempre.
Gobernar no será fácil para el Presidente electo, pero ellos están conscientes de esa dificultad y espero que la mente fría les permita tomas las medidas necesarias para consolidarse como la piedra de toque para un presente que se insinúa de esperanza y un futuro que pretende una sociedad distinta.
