Jesús Alvizurez

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Se ha llegado a entender que en Guatemala todo es comercializado: Los ministros, los funcionarios de justicia, los funcionarios del TSE, los diputados, los alcaldes, supeditados al ejecutivo; no hay espacio para ensanchar la legalidad que anhela la ciudadanía atropellada en sus derechos contemplados en la Constitución de la república.

El gobierno se arroga los derechos de gobernar a su antojo; olvidando que esos derechos le fueron delegados a él por el pueblo, pero no para que sea el verdugo que coloque el yugo a sus gobernados sumiéndolos en la miseria que cada día va en aumento porque no hay libre comercialización, no hay competencia de demanda y oferta. Lo más delicado y aborrecible es que quienes se han apropiado del comercio explotan la bolsa del ciudadano más pobre.

Y así vamos caminando sobre un estado capturado por los que hablan de democracia y esa democracia no existe, existe para los que tienen la sartén por el mango y pretenden engañar a la ciudadanía vociferando que se es un país donde todo abunda en materia económica, Lo que no dicen es que a base de préstamos y remesas de conciudadanos que han emigrado al país del norte; a la fecha este gobierno ha solicitado al congreso más préstamos ¿Y para qué? para invertir en cosas inútiles que posiblemente les dejen utilidad, tal el sonado caso del equipamiento del Hospital de Chimaltenango con enseres del cerrado Hospital del Parque de la Industria donde se asegura un desfalco (Robo millonario) y así es como opera la corrupción en el país de la eterna hueviadera; digo eterna primavera.

Donde todos los entes están cooptados para hacer lo que la corrupción desplegada a gran escala manda. Ahora se están peleando por el hueso político que todos quieren roer, ya parecen pirañas sobre la posible presa que es el Estado. El blanco desprestigiado es el Tribunal Electoral ahí se cocina lo que a política eleccionaria refiere para unos la puerta abierta y para otros cerrada con argumentos que no son válidos, son sacados de la manga de quienes ostentan el poder, ese poder que hace lo que le da la gana y ha sido consentidor de acciones fuera de la ley, naturalmente porque son coyotes de la misma manada y así no hay valientes que se enfrente, que se oponga a sus decisiones en pro de seguir en el poder a través de títeres trabajados y forjados para servir al oscurantismo que se ha apropiado de la nación en una síntesis de dudosa creencia, la cual día a día se ve y no se cree hasta donde llega la audacia de los corruptos que buscan eternizarse en el poder ejecutivo, legislativo y judicial, el pueblo no es tomado en cuenta y su voz es ignorada, se pierde entre los ramales que ha creado un estado donde no hay derechos en la aplicación Estado de derecho que es bienestar ciudadano.

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