Grecia Aguilera
El Día Mundial de la Libertad de Prensa fue proclamado en 1993 por la Asamblea General de las Naciones Unidas para recordar a los gobiernos “la necesidad de respetar su compromiso con la libertad de prensa y profundizar la reflexión entre los profesionales de los medios de comunicación, sobre temas de libertad de prensa y ética profesional, además de apoyar a los medios de comunicación que son objetivo de ataques y restricciones que van en contra de su libre expresión.”
Esta fecha tan importante se deriva de la Declaración firmada hace 30 años en Windhoek, capital de Nambia, y trata sobre el derecho de ejercer un periodismo libre, el cual es indispensable para el “desarrollo y mantenimiento de la Democracia en un país.”
La declaración manifiesta que debe entenderse por prensa independiente toda publicación sobre la cual “los poderes públicos no ejerzan ni dominio político o económico, ni control sobre los materiales, ni en la infraestructura necesaria para la producción y difusión de diarios, revistas y otras publicaciones periódicas.”
El pasado martes 3 de mayo, se conmemoró una vez más el Día Mundial de la Libertad de Prensa con el tema titulado: “Periodismo bajo asedio digital”, y la Directora General de la UNESCO, Señora Audrey Azoulay en su mensaje manifestó al respecto:
“Tanto en el contexto del Covid-19 como durante las guerras y los conflictos, la información fiable es más que necesaria: es vital, los periodistas desempeñan una función esencial al facilitar esa información, ya que analizan, investigan y difunden datos, de modo que la gente pueda tomar decisiones fundamentadas; el periodismo es, pues, un bien público que debemos defender y apoyar como tal.
Sin embargo, a pesar de que las Naciones Unidas celebran ahora el décimo aniversario de su Plan de Acción sobre la Seguridad de los Periodistas y la Cuestión de la Impunidad, que la UNESCO se enorgullece en dirigir, los periodistas se enfrentan a un entorno que evoluciona con rapidez, como se indica en nuestro último informe sobre las tendencias mundiales en libertad de expresión y desarrollo de los medios, más de cinco de cada seis personas en el mundo viven en un país donde la libertad de prensa ha disminuido en los últimos cinco años.”
Más adelante, la Señora Azoulay continúa expresando: “La aparición de las plataformas en línea ha puesto en entredicho la viabilidad económica de los medios de comunicación independientes y pluralistas, alterando drásticamente las cadenas de valor y los modelos de negocio existentes, además, la era digital aumenta el riesgo de que los profesionales de los medios de comunicación y sus fuentes se conviertan en blanco y sean objeto de acoso y ataques, por ejemplo, debido a la conservación de datos, los programas espía y la vigilancia digital.”
Finalizó su mensaje con estas palabras: “En este Día Mundial de la Libertad de Prensa, invito a los Estados Miembros, las empresas tecnológicas y la comunidad de los medios de comunicación, así como al resto de la sociedad civil, a unirse para crear una nueva configuración digital que proteja tanto al periodismo como a los periodistas.”
De igual manera, en el último informe de la UNESCO titulado “El Periodismo es un bien común”, el Señor António Guterres, Secretario General de las Naciones Unidas, manifiesta que: “La capacidad de generar desinformación a gran escala y atentar contra los hechos establecidos científicamente es un riesgo existencial para la humanidad.”
Este informe que consta de 23 páginas, puede ser descargado desde la página oficial de la UNESCO.