GRECIA AGUILERA
Ayer viernes 22 de abril, se conmemoró el Día Internacional de la Madre Tierra, el cual se instauró para: “Rendirle homenaje y reconocerla como nuestro hogar y nuestra madre, así como lo han expresado distintas culturas a lo largo de la historia, demostrando la interdependencia entre sus muchos ecosistemas y los seres vivos que la habitamos.”
El lema que asignó la Organización de las Naciones Unidas para este año es “Una sola Tierra”, destacando que debemos vivir en armonía total con la naturaleza “a través de cambios sustanciales, impulsados por políticas y elecciones cotidianas, que nos guíen hacia estilos de vida más limpios y ecológicos.”
El Secretario General de la ONU, António Guterres, afirma que: “Porque tenemos una sola Madre Tierra debemos hacer todo lo posible para protegerla… La Tierra se enfrenta a una triple crisis planetaria: la alteración del clima, la pérdida de naturaleza y biodiversidad; y la contaminación y los residuos, esta triple crisis amenaza el bienestar y la supervivencia de millones de personas en todo el mundo.”
Por ello la ONU ha propuesto cinco proyectos que pueden ayudar a restaurar los daños que los seres humanos le han causado al planeta Tierra; el primero es la conversión de minas de carbón en sumideros de carbono; el segundo sería el restablecimiento de la conexión con el ecosistema; el tercero el trasplante de fragmentos de coral supervivientes; el cuarto la restauración de cuencas afectadas por la crisis climática en los Andes, y el quinto la restauración de las praderas marinas.
Un documento muy significativo relacionado con el Día Internacional de la Madre Tierra es la Carta Encíclica del Papa Francisco, publicada en el año 2015 y dirigida a todas las personas, es una obra preciosa de trascendental importancia, en ella define su postura exacta sobre la aceleración de la crisis ecológica en el mundo y todo lo que contiene.
Este superlativo comunicado papal, es una clara advertencia y un gran reto para que la humanidad logre urgentemente frenar y detener el desequilibrio ambiental; al principio de la Encíclica, el Papa Francisco afirma que los seres humanos “hemos crecido pensando que éramos sus propietarios y dominadores, de la Tierra, autorizados a expoliarla.
La violencia que hay en el corazón humano, herido por el pecado, también se manifiesta en los síntomas de enfermedad que advertimos en el suelo, en el agua, en el aire y en los seres vivientes.”
El Santo Padre tituló su Encíclica “Alabado seas” en honor a San Francisco de Asís por su “Cántico a las Criaturas”, en el que exalta y glorifica a Dios por su creación: “Alabado seas mi Señor, por la hermana nuestra Madre Tierra, la cual nos sostiene y gobierna y produce diversos frutos con coloridas flores y hierbas.”
En el Día Internacional de la Madre Tierra, recuerdo mi poema titulado “Infrahumano” que dice:
“Enaltece el cerebro el humano al humano
más inferior es su especie
hurtando a la Esfera
el zumo de vida
secando los valles
asfixiando el oxígeno
quemando el hábitat
con lluvia de ácidos.
Torvos humanos entes ingratos
despiadadas criaturas
no son dioses aparte de la Naturaleza
integran el ciclo continuo
del Planeta Tierra
destruyendo ignorantes
su propio destino.
Insensatos imperios
estrangulan el viento
los bordes, el centro
murales, raíces del fantástico mundo
mansión y morada de seres y verdes
oasis, refugio del Sistema Solar
del ilimitado Universo, quizá.”
El planeta Tierra es responsabilidad de todos los que vivimos en él, un maravilloso hábitat que nos ha otorgado Dios, cuidemos de él a toda costa.