“Una papeleta de voto es más fuerte que una bala de fusil.”
Abraham Lincoln
Nos encontramos ante un proceso electoral suigéneris, nunca habíamos tenido tanta oferta lectoral, de la que poca nos convence, a otros no convence ninguna, al momento aparecen en la página del TSE, 30 partidos políticos de los cuales uno ya no se encuentra en contienda, otro se encuentra al día de hoy en proceso judicial, otros menos no postulan candidatos para todos los cargos, y la mayoría si cuentan con aproximadamente 1000 candidatos cada partido, por lo que la oferta es basta en cantidad, a nosotros los ciudadanos nos corresponde calificar la calidad con nuestro voto ¿Lo haremos?.
Así mismo, nunca habían defenestrado a un candidato presidencial con enormes posibilidades de ganar la elección, estando así las cosas, es necesario que nos concienticemos en relación a tres clases de voto y una actitud: el voto útil, el voto nulo, en voto en blanco y la abstención, siendo esta última (La abstención) contrario a anular nuestro voto, no debemos confundir, es diferente no llegar a votar, a anular el voto, o dejarlo en blanco, se podría en algún momento considerar que el voto útil sería el nulo, o el más útil, el en blanco no tiene significación, sin embargo es mi humilde parecer que no están dadas las condiciones para hacer valer el voto nulo, como algunos estudiosos creen.
El voto útil es, considero aquel en el que votamos sin sentimientos, pero con raciocinio, por lo que aunque nuestras preferencias se decanten por un tipo de candidato, lo hacemos por el que dentro de nuestra percepción es el que tiene el mejor programa electoral, o en última instancia, más posibilidades de pasar a segunda vuelta, el voto útil es por lo tanto el analizado, el incluso cuestionado dentro de nuestras tertulias, no es aquel que nos lleva a votar por alguien que conocemos, es votar por ese alguien precisamente porque le conocemos y sabemos que no es un político al huso.
Hace aproximadamente ocho años fui muy enfática en la importancia del voto nulo, cuando la ley no le daba un valor al mismo, consideraba que legalizaba la elección, pero no la legitimaba, y esa situación nos daba a los ciudadanos un valor agregado en contra, hoy este tipo de voto se encuentra legislado, por lo tanto, es una herramienta con la que contamos los ciudadanos para hacer valer nuestro rechazo a una oferta política que no es la que necesitamos y esperamos, sin embargo nuestra población no se encuentra suficientemente preparada, ni contamos con estudios fehacientes así como no se le ha dado la suficiente publicidad a la importancia del voto nulo, por lo que, tratar de hacerlo valer en este momento es contraproducente, y nos llevaría a afianzar a unos pocos partidos debido la estructura de nuestro sistema electoral, lo que significa que los partidos pequeños desaparecerían.
Veamos, para hacer valer por medio del voto nulo nuestro rechazo, y a la vez mandato de que se repitan las elecciones, necesitaríamos que, del total de votos válidos, el voto nulo signifique una mayoría, pregunto ¿Lograríamos con el desconocimiento que hay en relación con esta posibilidad de repetir las elecciones el objetivo? Desafortunadamente no es así, necesitamos crear conciencia social de la importancia de contar con dignidad cívica y rechazar el actual sistema y obligar al mismo sistema para que se repitan las elecciones, este según mi percepción no es el momento político.
Encontrándonos en la remota posibilidad, de que como sociedad tuviéramos el suficiente conocimiento de la importancia de anular nuestro voto, ¿Cuál sería el resultado? La repetición de las elecciones, con el inconveniente que, debido a como se encuentran redactadas las modificaciones a la LEPP nos encontraríamos con que se repite el proceso electoral, pero el legislador no estableció que, con otros candidatos, por lo que fácilmente repiten los mismos candidatos, significaría un esfuerzo perdido, porque entraríamos a un círculo vicioso de repetir las elecciones con los mismos, y eso no es lo mejor.
En el actual momento, es responsabilidad de todos nosotros los ciudadanos, votar conscientemente utilizando el voto útil, para los diferentes candidatos, en lo personal, por el único organismo que, votare nulo, no en blanco es por el Parlacen.
Tenemos que exigir modificaciones a la LEPP, para que el voto nulo tenga consecuencias políticas de total rechazo a la oferta electoral, que como el nombre lo indica, es una oferta que nos hacen la mayoría de las empresas políticas, que en eso se han convertido los partidos.
No podemos calificar el actual proceso electoral como una fiesta cívica, pero si como una actividad de conciencia política.