Gladys Monterroso

licgla@yahoo.es

Abogada y Notaria, Magister en Ciencias Económicas, Catedrática de Derecho Financiero y Tributario de la Universidad de San Carlos de Guatemala, Diploma otorgado por la Corte de Constitucionalidad en 2005, como una de las Ocho Abogadas Distinguidas en Guatemala, única vez que se dio ese reconocimiento, conferencista invitada en varias universidades de Estados Unidos. Publicación de 8 ediciones del libro Fundamentos Financieros, y 7 del libro Fundamentos Tributarios. Catedrática durante tres años en la Maestría de Derecho Tributario y Asesora de Tesis en la Facultad de Ciencias Jurídicas de la Universidad de San Carlos de Guatemala.

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‘La palabra progreso no tiene ningún sentido mientras haya niños infelices’
Albert Einstein.

Día sí, y día también, nos encontramos ante casos de explotación sexual infantil, tanto que se ha convertido en parte del paisaje, siendo uno de los problemas que a la par de la desnutrición, de la que somos un baluarte, y el maltrato infantil, más trunca la vida del ser humano, el hecho de que no se hable de ello no significa que no exista.

He revisado los planes de gobierno de los partidos en contienda, porque considero que la niñez debería ocupar un lugar fundamental de cara a las próximas elecciones y obvian el problema, con lo que validan la normalización de estas prácticas delincuenciales, a la que han cerrado los ojos todas las instituciones de gobierno, pero repito el hecho que no se hable de un problema, no significa que este no exista, haya desparecido o se haya combatido.

Guatemala se caracteriza por ser un país en donde las redes de trata de personas de niños y mujeres, o crimen organizado, encuentran un paraíso de impunidad en el que los niños se han convertido en una mercancía que se trasiega para explotarlos, ya sea económicamente o sexualmente, lo peor dentro de esta espiral de defenestración de la niñez, se consolidad en los altos niveles de impunidad de la que gozan los depredadores de niños, en época de la extinta CICIG se decía que rondaba en un 90%, nos preguntamos ¿Qué plan tienen los diferentes políticos en relación a su deber para con la niñez? ¿Puede ser que ninguno?

Derivado de lo anterior, la niñez y adolescencia dentro de todos los grupos en riesgo ha sido una asignatura pendiente de los gobiernos de los últimos cuarenta años, pero más allá de una asignatura pendiente, hoy es una asignatura reprobada con un menos cero, y eso es bastante en un país como el nuestro en el que se aboga al voto joven en las elecciones, pero ¿Qué se ha legislado, ejecutado y resuelto a favor de los niños históricamente? Nada.

Es de preguntarse ¿En la agenda de los partidos políticos cual es la prioridad? Leemos que se le da prioridad a temas que van de la economía al medio ambiente, pero en el mundo real, de qué sirve una economía sana o un ambiente límpido si uno de los principales “negocios” es la prostitución de los niños, me hago la siguiente pregunta ¿Qué es más importante un árbol o un niño?

Viene a mi mente el recuerdo del escabroso caso de un abogado, al que contrataron para la defensa de unos acusados de prostitución infantil, en la audiencia el fiscal le pregunto a una de las niñas víctimas de este flagelo, si reconocía a los delincuentes, dentro de las personas que se encontraban en la sala de audiencias, y ella identificó al abogado como uno de sus abusadores, pregunto ¿Cuántos niños diariamente sufren de prostitución infantil? Los casos son innumerables, por lo que el Estado es a mi criterio el principal responsable de que este flagelo, no solamente se mantenga en este país, lo peor es que aumente.

En ese orden de ideas, para la clase política ¿Qué es la niñez? Aparentemente un estado civil nada más, alguien que mañana puede votar por mí, ¿Qué le ofrecen a un niño, que no sea un pan con frijoles con gorgojos? El niño es un ser humano, que siente, sufre, piensa y analiza, que será mañana quien tome las decisiones de su propia vida y de la sociedad en general, si no le damos hoy las herramientas necesarias para ser un ser humano de bien, poco le podemos pedir.

El cuidado de la niñez debería ser prioridad, sin embargo, estamos dejando de lado una etapa tan importante de la vida y fundamental en su desarrollo, como lo es la niñez.

Si un partido de los que quieren gobernar no cuenta con un plan integral de resguardo y apoyo de la niñez, no se debe votar por él, no merece un solo voto cualquier conglomerado humano para quien lo más importante no sean los niños.

En el plan de gobierno se deben contemplar cuatro elementos para el cuidado de la niñez, que son: el que, el cuándo, el por qué y esencialmente el cómo, sin una respuesta contundente a estas interrogantes, no existe plan de gobierno alguno que merezca la pena.

El ser que olvida que fue niño, no merece ser llamado humano.

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