Gladys Monterroso

licgla@yahoo.es

Abogada y Notaria, Magister en Ciencias Económicas, Catedrática de Derecho Financiero y Tributario de la Universidad de San Carlos de Guatemala, Diploma otorgado por la Corte de Constitucionalidad en 2005, como una de las Ocho Abogadas Distinguidas en Guatemala, única vez que se dio ese reconocimiento, conferencista invitada en varias universidades de Estados Unidos. Publicación de 8 ediciones del libro Fundamentos Financieros, y 7 del libro Fundamentos Tributarios. Catedrática durante tres años en la Maestría de Derecho Tributario y Asesora de Tesis en la Facultad de Ciencias Jurídicas de la Universidad de San Carlos de Guatemala.

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Gladys Monterroso
licgla@yahoo.es

“Cuando la dictadura es un hecho, la revolución se vuelve un derecho.”
Víctor Hugo

La historia de un país, es el recorrido del mismo en su esencia más pura, y la nuestra se encuentra plagada de acontecimientos que nos retratan dentro y fuera como una democracia imperfecta, en la que la mayoría de las veces, se esconde una dictadura, con tintes que nos dibujan al límite de una mínima modernidad, con un solo período de libertades que duró escasamente 10 años, periodo demasiado largo para los grandes intereses nacionales e internacionales que no toleraron que existiera una isla democrática, que perjudicaba sus beneficios de todo tipo, por lo que no dudaron en asaltar nuestra incipiente democracia, siendo por ello nuestra sociedad castigada más allá de los tiempos, aunque algunos no se enteren.

El veinte de octubre, marcó un antes y un después con relación a las reivindicaciones sociales, precedido de muchos acontecimientos que hicieron que la sociedad de la época se organizara, y luchara como no es posible percibirlo hoy, en contra de la tiranía imperante en ese momento histórico, la antigua USAC de la que no queda más que el nombre, lideró el movimiento de cambio que dio como resultado que la ciudadanía como nunca se uniera a una sola voz.

En esos cortos años se crearon instituciones de beneficio social, como el IGSS que perdura a los embates de la corrupción que lo ha secuestrado, otras conquistas como el Código de Trabajo, Guarderías y Comedores Infantiles, la Ciudad Olímpica, el edificio de la Biblioteca Nacional y el Archivo nacional, la Primera Facultad de Humanidades de la Región (Desde hace muchos años secuestrada), la Dirección de Bellas Artes, el Coro Guatemala, y la Orquesta Sinfónica Nacional, entre otras, han languidecido dentro de los lodazales de corrupción que siguen azotando esta población.

La sociedad de hoy espera el 20 de octubre como un día festivo, planifica pasear, o hacer cualquier cosa, menos debatir sobre nuestras condiciones a lo largo del tiempo, ese es el resultado de la falta de memoria histórica en que nos han sumergido para que las circunstancias del país continúen como hasta hoy, altísimos porcentajes de desnutrición infantil, falta de educación manejadas por las huestes de Joviel que son una caricatura de un verdadero movimiento social, la justicia secuestrada por funcionarios ilegítimos e legales, pero buenos negociadores con las elites imperantes, carreteras con más agujeros que un queso suizo, en las que la muerte es el pan nuestro de cada día, con una deuda pública que crece cual barril sin fondo, sin que la población reciba ni el más mínimo beneficio del aumento desmedido de estos recursos públicos.

¿Qué pasó en estos 78 años? Que evolucionamos diez años, e involucionamos 68, no solo económicamente, nuestra involución ha sido en todos los aspectos, porque no interesa al gran capital nacional e internacional, que se nutre hoy más abiertamente de negocios ilícitos, en los que cabe cualquier tipo de dinero sucio, que exista el más mínimo desarrollo, pero siempre manteniendo en el discurso de “todo está bien, vivimos en democracia”.

Así las cosas, vemos como se acomodan las condiciones para que no exista una sociedad critica que debata sanamente en la búsqueda del beneficio social, ese debate ha sido inexistente de 1954 a la fecha, cuando lo que enriquece a una sociedad es el pensamiento diferente para mantener un equilibrio de ideas.

No soy una persona de derechas, pero reconozco que es importante la concepción de desarrollo económico que tienen sus principales líderes, y que la derecha es necesaria, tampoco me considero una persona de la izquierda actual, pero también reconozco que sus políticas sociales son obligadas para el desarrollo del hombre como fin último del Estado, el centro es inexistente en el país, visto así, y que ni izquierda ni derecha tienen ideólogos en nuestro terruño, huérfanos andamos de estadistas.

La sociedad hoy es menos comprometida que en 1944, más pragmática y menos idealista, el derecho de la nariz está primero que el bienestar social, eso no significa que cerremos los ojos a la debacle en la que nos encontramos, y que no busquemos un cambio más que necesario.

Un país que olvida su historia será prisionero de ella.

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