Gladys Monterroso

licgla@yahoo.es

Abogada y Notaria, Magister en Ciencias Económicas, Catedrática de Derecho Financiero y Tributario de la Universidad de San Carlos de Guatemala, Diploma otorgado por la Corte de Constitucionalidad en 2005, como una de las Ocho Abogadas Distinguidas en Guatemala, única vez que se dio ese reconocimiento, conferencista invitada en varias universidades de Estados Unidos. Publicación de 8 ediciones del libro Fundamentos Financieros, y 7 del libro Fundamentos Tributarios. Catedrática durante tres años en la Maestría de Derecho Tributario y Asesora de Tesis en la Facultad de Ciencias Jurídicas de la Universidad de San Carlos de Guatemala.

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Gladys Monterroso
licgla@yahoo.es

“Las tragedias de los otros son siempre de una banalidad exasperante.”
Oscar Wilde

La tragedia sucedida en Quezaltenango tiene varias aristas sobre las que se hace necesario reflexionar, desde al menos tres perspectivas: Las legales, las morales y los materiales, mismas que en determinados momentos pueden llegarse a confundir, sin embargo, las tres son diferentes, y en las tres se ha hecho patente que nos encontramos en deuda como sociedad hacia nosotros mismos.

En el ámbito legal, este tipo de actividades tienen establecidos reglamentos y protocolos que se deben cumplir si o si, sin embargo al leer la solicitud en la página del sistema, se observa que aunque existe una obligación de control del espectáculo de que se trate, le falta a la misma la rigurosidad necesaria para un evento masivo como el llevado a cabo, se asume, aunque no lo dice textualmente que dos inspectores supervisaran el evento, ¿Qué dicen los inspectores de lo sucedido, cuál es su informe? En el mismo contexto, quisiéramos saber cómo población si derivado del hecho trágico en el que se perdieron valiosas vidas humanas, ¿Qué diligencias ha llevado a cabo el MP? Alguien o algunos serán responsables legalmente de lo sucedido, ¿Serán tan diligentes como sucede con otros casos, en los que antes de cometido el delito ya existe orden de captura o serán tan indolentes como sucede cuando no son enemigos políticos? Porque no es primera vez que un acto social o cultural termina en tragedia debido a una o varias acciones y omisiones, es momento de actuar con ejemplaridad porque este tipo de situaciones no se pueden ni se deben repetir.

En cuanto a lo material, se asume que derivado de la presentación de la solicitud para llevar a cabo el evento, se tuvo que cumplir con varios reglones, entre los que se encuentra presentar un protocolo por evento socio organizativo PES autorizado por la Dirección de Espectáculos Públicos incluyendo el plan de evacuación en caso de emergencia, y presentar una carta de compromiso de la empresa o institución que prestará servicios médicos de primeros auxilios en el evento, detallando las características de la presentación del mismo, la pregunta que se hace es ¿Qué pasó con el plan de evacuación, en que falló el mismo y quiénes son los responsables? ¿Qué pasó con los primeros auxilios?

En el mismo contexto, debe existir un seguro que garantice a las personas un apoyo económico o una indemnización, porque ¿Qué hacemos si sucede una tragedia? Al escribir el presente investigué, aunque no tan exhaustivamente como hubiera querido si las aseguradoras guatemaltecas ofrecen el servicio de seguro para eventos masivos, y no encontré ninguna compañía que lo ofreciera, pregunto ¿Cómo se va a indemnizar a los familiares de los fallecidos en esta tragedia y otras tragedias? Esto tomando en cuenta que en este país la muerte es extremadamente cara económicamente hablando.

Por último, el ámbito que llora sangre, al igual que en los otros de la situación vivida, ¿Qué sucede en otras sociedades cuando se vive una tragedia en la que se pierden vidas humanas antes de un espectáculo? Que se cancela el espectáculo, porque la vida humana tiene un valor que no precio ¿Alguien se molesta por la cancelación? Nadie, porque la muerte acaecida es superior, asimismo las autoridades actúan inmediatamente al igual que la opinión pública, en nuestro país solamente la opinión pública actuó inmediatamente, las autoridades brillaron por su ausencia en aspectos entre los que cabe destacar: No existió empatía ni por parte del Presidente de la República menos por el PDH, el pronunciamiento de ambos debió ser inmediato en apoyo a las víctimas y sus familiares, estos pronunciamientos llegaron tres días después, demasiado tarde, para un Estado que se autodenomina pro vida.

Otro tema importante: Las ordenes, se deberían de haber girado inmediatamente a los ministerios e instituciones relacionadas para que actuaran, aunque debieron haberlo hecho de oficio, pero no fue así, nos encontramos entonces ante una ausencia total del Estado a quien mantenemos con nuestros impuestos, que son cobrados eso sí, eficazmente, pero ¿Qué nos brindan? Nada señores, absolutamente nada.

Y los otros involucrados, igualmente ausentes, los eventos no deben mantenerse por sobre todas las cosas, un poco de empatía por favor que no se perdió algo baladí, fueron vidas humanas, señores hay que ser consecuentes, y afrontar las responsabilidades nuestras y de nuestros subalternos, en momento difíciles, se deben tomar las decisiones que corresponden.

He observado como hemos perdido muchas de nuestras tradiciones en favor del márquetin, el árbol de navidad dejó incluso de llamarse así, hoy lo mismo sucede con la independencia, veamos que en estos actos se encuentra implícita la creación de la necesidad, que se satisface comprando el producto publicitado, hemos pecado por omisión al haber asumido sin reclamo alguno que el mercado sea más importante que nuestra cultura, más allá de la vida incluso.

La empresa responsable cualquiera que aparezca como tal, porque el comunicado de la Cervecería fue ambiguo, debe asumir sus responsabilidades, porque su logotipo será asociado a la tragedia, sabemos que con dinero se puede borrar la memoria, pero recordemos que existe la memoria selectiva, la que decide recordar lo que debe recordar.

Las víctimas y las familias de los fallecidos esperan una respuesta contundente que ya se tardó.

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